Orson Welles fue un artista revolucionario. Revolucionario y polémico, claro está. Es evidente que si de él hablamos, la referencia inmediata es su ‘Ciudadano Kane‘, considerada a lo largo de las décadas como una de las obras maestras indiscutibles del séptimo arte y un ejemplo aún muy vigente, ochenta años después de su estreno, de lo que el cine es capaz de conseguir con imaginación e ideas. Pero, como todo que se haya alguna vez acercado a Welles, sabe, este visionario actor, guionista, director y productor, ya había causado un gran revuelo en la sociedad estadounidense cuando, con tan sólo 23 años, montó en 1938, para la CBS, una emisión radiofónica de ‘La guerra de los mundos‘ de H.G.Wells que, por su veracidad generó un estado de alarma considerable en Nueva Jersey, donde muchos llegaron a creerse a pie juntillas lo que la radio de su salón estaba transmitiendo. Eran otros tiempos, claro, tiempos no sólo de mayor inocencia —la Segunda Guerra Mundial todavía no había venido a cambiar de manera radical a la humanidad— sino de la ausencia de otros medios de comunicación que no fueran el periódico y una radio que, en el núcleo familiar, tenía la misma importancia que, a partir de los años 50, adquiriría la caja tonta en los salones de la familia media estadounidense.
De aquel episodio —como decimos, tremendamente conocido para cualquiera interesado en la historia de las artes audiovisuales del s.XX— surgieron, por supuesto, muchas historias como la que podría haber contado Douglas Burroughs en su novela ‘A fake story’ si autor y publicación hubiera existido en la realidad. Y es que, en una premisa que se antoja genial al jugar a lo mismo que Welles hizo en su emisión, esto es, a engañar al consumidor, Laurent Galandon construye una ficción a la que el epíteto plausible se le queda muy, pero que muy corta: Burroughs — en el álbum, antiguo periodista estrella de la CBS que recibe el encargo de investigar un oscuro asesinato surgido a la sombra de la emisión de ‘La guerra de los mundos’— es tan ficticio como los extraterrestres que Welles imaginó provenientes de Marte, y si no fuera por la existencia de internet y la posibilidad de buscar datos acerca de aquello que se nos antoje, nos habríamos comido sin ningún tipo de reparo la enorme y perfectamente hilvanada mentira que el guionista francés levanta en un álbum que, trascendiéndola, funciona a la perfección como una suerte de émulo del Capote de ‘A sangre fría’ en lo que a reconstrucción de los hechos se refiere.
Tanto es así, que, bajo esa óptica de genial falacia bajo la que está construida el álbum publicado por Ponent Mon, es imposible discernir si todo lo que respecta al crimen y los implicados en él tiene alguna base sólida o, por el contrario, está cimentado en una nube de humo parecida a la que sirve para dar forma al protagonista. Como podréis imaginar, poco importa todo esto cuando, a las pocas páginas de haber comenzado, uno ya está completamente atrapado por la red que Galandon teje con suma habilidad y que Jean-Denis Pendanx ilustra con suma solvencia transportándonos sin equívocos desde los rascacielos de la Gran Manzana a la América menos cosmopolita. El resultado global de ‘A fake story’ es una lectura notable, que intriga de principio a fin y se yergue en espléndido ejemplo de thriller noir y que, además, deviene en una certera mirada reflexiva sobre el amplio poder que el mundo del periodismo atesoraba hace cosa de un siglo, cuando la prensa moldeaba el día a día de nuestros antepasados.
A fake story
- Autores: Laurent Galandon y Jean-Denis Pendanx
- Editorial: Ponent Mon
- Encuadernación: Cartoné
- Páginas: 96 páginas
- Precio: 22 euros