‘100% Marvel HC El Castigador: Círculo de Sangre’, esto no es cricket

Pues seguimos un día más con lo que ya empezamos ayer mismo, otra obra que supone un ataque de nostalgia en toda regla, una historia mítica de esas que hemos debido leer un millón de veces y de la que hay páginas y escenas que las tenemos grabadas a fuego en la memoria comiquera. No es ningún secreto que las editoriales españolas han visto un filón en estos tebeos, ataque directo a los relatos con los que los aficionados más veteranos crecieron y que están deseando tenerlas en una edición definitiva que haga justicia a la historieta en cuestión. Tanto ECC Ediciones como Panini, tal y como se puede apreciar en sus respectivos planes editoriales, apuestan por unos años en los que la producción de maravillas aviñetadas era para tenerla en cuenta. Y así llegamos a este ‘100% Marvel HC El Castigador: Círculo de Sangre’, un clásico moderno en el que se definía la naturaleza de un personaje que, admitámoslo, tampoco daba demasiado juego.

Contando con el empujón publicitario que supone una serie televisiva, Panini se ha animado a rescatar algunos momentos editoriales imprescindibles protagonizados por el personaje de la calavera en el pecho. Quitando la obra maestra que es la etapa MAX guionizada por Garth Ennis, pocas cosas de vital importancia hay de Frank Castle, algún proyecto suelto y poco más. Pero claro, siempre hay que ir hasta las raíces y es ahí donde encontramos esta maravilla, una miniserie de cinco números que vio la luz allá por 1985, y su pertinente secuela, Regreso a Gran Nada. Una muestra más de la interminable lucha del Castigador contra todo maloso que decida ponerse en su camino hacia la venganza, por supuesto plagado de violencia, sangre y destrucción. No podía ser de otra forma. El planteamiento tiene su cosa, no hay nada como meter entre rejas al amigo Castle, rodeado de carnaza a la que liquidar, presos que rápidamente se dan cuenta del peligro que corren con el excombatiente compartiendo celda.

Más tarde llegará su fuga, una guerra de bandas y uno de los enemigos más peligrosos a lo que tendrá que hacer frente. Tal y como se ha comentado un poco más arriba, el volumen se completa (además de un puñado indecente de extras) con la novela gráfica que supone la continuación de la historia principal. Volvemos a lo mismo, un relato de género negro con malos malísimos, balas a cascoporro silbando de un lado a otro, bandas que trafican con droga y el pasado de Castle que vuelve para atormentar su presente. Los guiones de Steven Grant se leen con una velocidad pasmosa, un ritmo endiablado que nos hará disfrutar desde la primera hasta la última página gracias a las múltiples escenas de acción que nos vamos a encontrar. Y después está Mike Zeck, uno de mis dibujantes favoritos de todos los tiempos, y eso que su producción tampoco es demasiado numerosa, pero su trabajo con el antihéroe por antonomasia lo coloca en el Olimpo de los artistas. Atención a las portadas que se marca el de Greenville, el volumen que consigue imprimir a sus personajes es sencillamente espectacular. Seguimos sumando más obras imprescindibles y volvemos a repetirnos tal y como hicimos ayer, que no pare la cosa porque esta época dorada demandaba el actual reconocimiento.
[Grade — 9.00]