‘100 Balas vol.1’, empieza el tiroteo

Con solo echar un ligero vistazo a los checklists de novedades de cualquier editorial, nos damos cuenta que la reedición de material más o menos antiguo tiene asegurada su presencia de manera continua. En estos día que corren en que los derechos de este o aquel tebeo pasan de mano en mano casi sin darnos cuenta, es normal que veamos las mismas páginas pero con distinta portada cada dos por tres. ECC está sabiendo alternar a la perfección el DC de estreno con la recuperación de diversas obras que, el que más y el que menos, está deseando verlas otra vez en las estanterías de su librería.

A ese respecto, Vertigo es una mina con series como Sandman, La Cosa del Pantano y, ahora, 100 Balas, ese clásico moderno ideado por Brian Azzarello y Eduardo Risso. Cuando el año 2000 estaba a punto de asomar la cabeza, llegaba a las tiendas una nueva colección que se alejaba de los pálidos dioses y los magos caraduras que poblaban el sello adulto de DC. Esto era distinto, una historia que evocaba a lo mejor de la literatura negra pero con una estética totalmente actualizada y rompedora.

Estas primeras entregas servirán para introducir a los personajes que irán apareciendo de manera recurrente a lo largo del centenar de números en los que se divide la serie. Cualquiera de ellos aportará algo en la enmarañada trama que Azzarello teje con sumo cuidado, quizás no sea en el número siguiente sino dentro de veinte meses, no importa, todos y cada uno de ellos tendrá algo que decir. El punto de partida es tan simple como impactante: ¿Y si un desconocido te ofreciera un maletín con todo lo necesario, pruebas incluidas, para acabar con la vida de aquel que haya arruinado la tuya?

Lo que en un principio parece la típica serie “case of the week” con historias de distinta duración y unidas todas ellas por un fino hilo conductor, pronto evolucionará hasta una trama llena de traiciones, giros inesperados, asesinatos a sangre fría, corrupción y organizaciones secretas y clandestinas que pondrán el picante necesario para que el plato sea exquisito. El agente Graves, Dizzy, Trust o Lono son solo algunos de los nombres que empezarán a ser de lo más conocido para el lector. El merito del guionista se ve igualado por el del ilustrador siendo Risso el encargado de dibujar todas las páginas de la colección, todo un hito teniendo en cuenta el continuo baile de artistas que se produce en las series actuales. Ni que decir tiene que el estilo oscuro y cargado de sombras le viene como a un guante al tono de la serie, una maravilla que asombra y atrapa desde el primer número y que poco a poco se hace más grande. Inmensa. [A]