Este pasado sábado celebramos finalmente la Noche de Misterio y Asesinato en los locos años 20, y la verdad es que fue una fiesta para enmarcar. Superó mis mejores expectativas, y todos los participantes se implicaron más allá de lo que podía llegar a imaginar. Con un grupo de gente así, el resultado tenía que ser perfecto, no quedaba otra.
Varios habíamos quedado para ambientar la casa. Ahí me llevé la primera sorpresa: al decir que íbamos para la casa, nos dijeron “pues ya tenemos casi todo listo”. Llevaban todo el día decorando la casa para la ocasión. Tuvimos la suerte de contar con una casa ideal para el evento, situada frente al paseo marítimo, con un enorme salón. Tiene muchas habitaciones, que para cuando llegamos tenía cartelitos de “Almacén”, “Reservado”, “Despacho”… Incluso en la puerta de los dos baños había una “flapper” y un “dandy”.
Montaje y decoración
El despacho de la propietaria del local se montó en la terraza. Tenía una mesita, dos sillas, una lámpara, libretas, portalápices y hasta una foto de su difunto marido, Louie Marie, hallado muerto recientemente (era una de las subtramas de la historia). A la entrada de la casa había un sillón para el portero y un libro de registro con los nombres de los invitados a la fiesta. Insisto, todo esto fueron ocurrencias de los mismos participantes.