Hola, soy Héctor Dos
La historia detrás de ‘Los Cronocrímenes’ es tan injusta como extraña. Nacho Vigalondo, que venía de sorprender colándose en los Oscars con el corto ‘7:35 de la mañana’, filmaba un largometraje de bajo presupuesto apoyándose únicamente en un excepcional guión. La cinta no encontró a nadie que se atreviera a distribuirla en España, a pesar de que las críticas la alababan.
De hecho, mientras aquí seguíamos esperando, se estrenaba en otros países y el público coincidía con la crítica: era un peliculón, una historia de ciencia ficción contundente, fácil de seguir, y que no dejaba flecos ni abusaba de los sinsentidos e incoherencias tan frecuentes en el género.
Para cuando llegó por los cauces oficiales, un año después y en salas contadas, la voz se había corrido y quien más y quien menos ya había acudido a otras vías para disfrutarla.