Puede que la última película de Pixar esté arrasando en la taquilla norteamericana, puede que también lo haga en la española, e incluso puede que en realidad de igual. La película original de ‘Cars’ recaudó 461 millones de dólares, una cifra que quedaba lejos de los 864 de ‘Buscando a Nemo’ tres años antes o los cerca de 1000 de ‘Toy Story 3’ el año pasado, pero aún más de los 7000 millones de euros, no de dólares, acumulados hasta la fecha por el merchandising de Rayo McQueen y sus amigos. ¿Entendéis ahora la urgencia de hacer una secuela?
En ‘Cars 2’, McQueen decide participar en una competición contra los mejores coches del mundo que le hará recorrer las calles de neón de Tokio y disfrutar de la brisa mediterranea de Porto Corsa en Italia antes de la final en Londres de un primer Campeonato Mundial organizado en pos de un nuevo y ecológico combustible alternativo. Mientras, su amigo Mate, el auténtico protagonista de esta segunda parte, se ve arrastrado por las circunstancias en un peligroso caso de espionaje internacional del que dependerá su propia vida y la de sus amigos.
La película tiene sus momentos y aunque los primeros minutos transcurren con interés ante el cambio de registro de la cinta, más próxima a una película de James Bond de las de Roger Moore que a la historia sobre la amistad con carreras de fondo que era la original, las bromas fáciles de un Mate que se vuelve más insoportable a cada frase que pronuncia rápidamente nos arruinan la fiesta. No es Pixar sino Disney quien parece firmar cada escena mientras asistimos a un desfile de nuevos personajes que sin duda decorarán a estas horas las estanterías de todas las jugueterías.