Me hubiera gustado estar presente cuando el policía de turno tuvo que rellenar su informe. Resulta que un lumbreras no tuvo otra cosa que hacer que robar un valioso ejemplar de una tienda de cómics de Adellaide, en Australia, justo durante el Free Comic Day. El dueño de la tienda vio como el tipo en cuestión se guardaba en la mochila un X-Men Omnibus valorado en 160 dólares (supongo que australianos), que para nada estaba en la lista de los ejemplares gratuitos.
Como era lo propio para acudir al evento, el dueño del local lucía sus mejores galas: el uniforme de Spiderman. El incauto ladrón se cosca de que le han descubierto, y se dirige a la puerta, mientras Spiderman empieza a gritar “¡Eh, detenedle!”. Flash y otros miraban muertos de risa la escena.
Claro, tú estás en una tienda, rodeado de gente caracterizada como supers, ves a Spiderman persiguiendo a un tipo… y la primera reacción es partirte la caja, no hacerte el héroe. Así que el ladrón consigue llegar a la puerta. Pero cuando Spidey ya no gritaba “detenedle”, sino “llamad a la policía”, el chip cambia.