Cuando Hideki Kamiya, autor de obras maestras como ‘Resident Evil 2’, ‘Devil May Cry’, ‘Viewtiful Joe’ y ‘Okami’ salió por las puertas de Capcom junto a dos de sus más valiosos colaboradores (Atsushi Inaba y Shinji Mikami) y anunció que se disponían a crear una nueva compañía, Platinum Games, ya suponíamos que algo se traía entre manos. Si ese algo es ‘Bayonetta’, desde luego ha merecido la pena.
Su protagonista es Bayonetta (ya sabéis de donde sale el título del juego), una bruja con problemas de memoria tras despertar del sueño de 500 años al que fue condenada por su propio clan (eso sí que es una siesta). La señorita tiene tantas curvas como pocos pelos en la lengua y aunque le queda un largo camino por delante hasta terminar de unir todas las piezas del puzzle en que se ha convertido su cabeza por culpa de la amnesia, sí que tiene dos cosas muy claras: odia a ángeles y posee un talento especial para hacerles sangrar a patada limpia.
El sistema de juego recuerda inevitablemente a ‘Devil May Cry’. No en vano, estamos ante un espectacular beat’em up en el que las patadas y los disparos se alternan en un mismo ataque mientras avanzamos siguiendo la misma mecánica lineal basada en estancias cuyos accesos se bloquean mágicamente hasta que no devolvemos al infierno cielo el alma del último de nuestros angelicales enemigos. Pero las diferencias terminan ahí. Kamiya rompe con todo y nos lanza a las fauces de una criatura llena de excesos en la que saltamos de una escena completamente surrealista a otra brutalmente sangrienta sin dejarnos tiempo para recuperarnos de las bromas y referencias que han colado entre medio; donde su protagonista convierte en una provocación hasta el más leve movimiento y no sabemos si reír, alucinar o entonar una de las frases que más saldrán de vuestra boca: «¡No veas como se han pasado!».