Creo que elegir un cine antiguo para ver ‘Super 8’ ha sido una decisión acertada. Encajan a la perfección un cine sin gradas y una película que bebe del estilo de las clásicas películas de aventuras palomiteras de los ochenta, lo que nos ayudó a sentir una inmersión total en ese espíritu. El resultado es que disfrutamos como cuando vimos ‘Los Goonies’ con ocho o nueve años.
Porque no es complicado hablar de ‘Super 8’ si lo hacemos enumerando sus influencias. Un toque de aventuras, al estilo de la búsqueda del tesoro de Willy el Tuerto. Una pizca de sucesos inexplicables, como en ‘Encuentros en la Tercera Fase’. Grupos militares del gobierno mareando a la población y a los jóvenes héroes como en ‘E.T.’. Unos chicos que deciden investigar por su cuenta y a espaldas de sus padres, como en ‘Los Exploradores’.