Precedida por un revuelo enorme debido al tremendo éxito que ha cosechado en Japón y por las muy positivas críticas que ha ido acaparando allí donde se ha estrenado hasta el momento, mañana llega a nuestras pantallas ese fenómeno del anime que es ‘Your Name’ (‘Kimi no na wa’, Makoto Shinkai, 2016). Y por una vez, sin que sirva de precedente dado lo poco fiable que de un tiempo a esta parte resulta la opinión generalizada sobre un filme en concreto, máxime si dicha opinión viene de mano de un sector muy concreto del fandom —y cuidado, no me malinterpretéis, amantes del anime, no es que ponga en duda vuestro criterio, ni mucho menos—; todos los comentarios que apuntan hacia lo nuevo de Makoto Shinkai como un logro a muchos y muy diferentes niveles, aciertan de lleno en la diana. En otras palabras, ‘Your Name’ es tan buena como dicen, e incluso un poquito más.
A nadie que conozca la trayectoria previa de Shinkai le debería extrañar que uno de esos niveles en los que la cinta raya a considerable altura sea la calidad extraordinaria de la animación. Responsable de la por momentos sobrecogedora belleza plástica de cintas como ‘Viaje a Agartha’ (‘Hoshi o ou kodomo’, 2011) o ‘El jardín de las palabras’ (‘Koto no ha no niwa’, 2013), el cineasta nipón y su equipo trabaja la componente visual de ‘Your Name’ al mismo extraordinario nivel que el que cabía encontrar en sendas cintas, dejándonos por el camino incontables estampas de paisajes naturales y urbanos a lo largo del metraje del filme que se tutean, y de qué manera, con cualquiera de las mejores producciones salidas de la incontestable maestría que gastaba la legendaria Ghibli.
Pero no sólo en unos fondos que quitan el hipo al más pintado se cuentan las fortalezas de ‘Your Name’, ya que el diseño de todos sus personajes sin excepción hace que esta historia que mezcla de todo un poco —más de ésto en unas líneas— se acerque sobremanera al espectador e impacte de lleno en nuestros corazones, cautivándonos la emoción que la impregna de principio a fin. No cabe duda de que, en ese esfuerzo por hacer cercanos y tridimensionales a los «actores» que protagonizan la historia, son Taki y Mitsuha los que mayores desvelos se han llevado por parte del departamento de animación, convirtiéndolos, dentro de su indudable localismo, en universales y representativos de las generación de adolescentes que forma parte de las legiones de fans que ya ha generado la cinta.
Obvio resulta que cualquier esfuerzo de universalizar a los personajes de la cinta sostenido por el diseño y la animación hubiera sido en balde de no contar ésta con un guión, escrito por el propio cineasta a partir de la novela también por él redactada, que jugase en el mismo sentido: plagado a lo largo de su desarrollo de multitud de referencias a las infinitas idiosincrasias que separan a la cultura nipona de la occidental, todos esos detalles que aumentan la verosimilitud de ‘Your Name’ no hacen sino integrarse de forma sutil y eficaz en el mensaje de fondo de la cinta; y lejos de resultar molestas o de alzarse como meras distracciones sobre el curso principal del relato, esas muchas peculiaridades y el interés que hacia ellas llegamos a sentir por lo ajeno o diferente de su talante, consiguen sumar en favor de la percepción final que de la película sacamos.
Ahora bien, por muy sólidos que sean, huelga decir que es ese hipnótico hilo conductor que toma prestados elementos de diversos géneros el que carga sobre sus hombros la mayor responsabilidad en conseguir que, toda vez finaliza la proyección, sintamos una cierta inclinación por volver a asistir al fascinante espectáculo que acaba de desplegarse ante nuestros sentidos: drama, humor, romance, cierta componente de cotidianidad y un considerable y fundamental aliño de ciencia-ficción son los elementos de los que Shinkai echa mano para cocinar una historia que, como decía al abrir el párrafo, nos hipnotiza y fascina, nos atrapa irremisiblemente en pocos minutos y nos deja anclados a la butaca hasta su final.
Éste, que por esperado no resulta menos efectivo, culmina además otro de esos niveles a los que hacía referencia al comienzo de la entrada, el correspondiente a la dirección de Shinkai: presa de un ritmo endiablado cuando así lo necesita la narración, pausado y reflexivo en los momentos en que la historia requiere respirar, la realización y edición del nipón son asombrosas y de una espectacularidad extrema en determinados instantes —atención a las diversas apariciones del cometa y a los alardes de movimiento de cámara que ostenta la cinta en esos momentos— y, unidas a todas las demás virtudes que ya hemos desgranado, y que incluyen también a su muy efectiva banda sonora, conforman un todo dispuesto a recordarnos, aunque sólo sea durante hora y tres cuartos que, junto a las propuestas de Mamoru Hosoda, sigue habiendo vida en la animación del país del sol naciente aunque no venga de la mano de Hayao Miyazaki.
Todo lo que he visto de Sinkai ya te «entra» solo por los ojos y oidos…. Aunque sus historias suelen ser unas pasteladas dignas de echar la pota con tanto amorío adolescente y sentimentalismo «barato» lo cierto es que su conjunto hace que alucines en colores con sus peliculas. Espero muchisimo de Your Name, y aunque me encuentre ante otra pastelada, la vere encantado XD.
Créeme que yo también creía que me iba a encontrar una pastelada y no ha sido así. Su componente romántica la tiene, claro, pero está muy bien llevada. Eso sí, te lo dice alguien que tiene como placer culpable las comedias románticas…
No no, si a mi tambien me gustan, sin ir mas lejos Wolf Children de Hosoda la considero una peli casi perfecta, pero a veces este director se pasa. Lo que daria por que se pasase a un cine un poco mas «de accion» con la calidad que mueve normalmente.