‘Solanin’, una nueva voz

Es tarea complicada, dado el gargantuesco volumen de títulos que se publican en nuestro país, dar con una serie o un autor de manga que realmente valga la pena. Y remarco REALMENTE. Cuando uno «tiene» que leer como servidor decenas de series y volúmenes a lo largo del mes, cribar aquello que termina en mis columnas de lecturas pendientes es tan obligado como necesario para una buena salud mental. Es por ello que recomendaciones de amigos lectores, rápidos vistazos para ver eso de «el dibujo me convence, y mucho, veamos qué tal el guión» o dejarse guiar por el impulso momentáneo de «qué demonios, la portada tiene buena pinta, esperemos que el interior esté a la altura» (y sí, alguna vez he picado de tan ramplona manera) son los inesperados jueces de aquello que, venido del país del sol naciente, termino leyendo eventualmente.

Adscrito a la categoría de recomendaciones, el descubrimiento de Inio Asano por mor de la reseña que mi compañero Yago le dedicó, tiempo ha, a la espléndida ‘La chica en la orilla del mar’ no pudo ser más feliz. Primero, porque el citado título nos daba a conocer a un dibujante portentoso, con una personalidad arrebatadora y una narrativa bastante singular y personal que no parecía responder a los cánones habituales del cómic nipón. Pero, sobre todo, porque la historia que contaba en el volumen publicado por Milky Way se alejaba de lo que uno esperaría encontrar en las páginas de un manga, sirviendo la voz de Asano como fiel reflejo de las muchas inseguridades que, ya de forma local, ya de talante universal, hacen mella en la personalidad de los adolescentes.

Con el sexo como trasfondo sobre el que desarrollar aquella primera obra, y dejando de lado su extraña ‘Nijigahara Holograph’, la publicación por parte de Norma el pasado Salón del Manga de Barcelona de esta ‘Solanin’ suponía el esperado desembarco de la que muchos apuntaban como mejor obra del autor. Unos comentarios que, tras la lectura, adquieren visos de sólida realidad y que confirman lo que ya se podía intuir, que estamos ante uno de los mejores autores que hoy por hoy podemos encontrar en el saturadísimo mercado del tebeo japonés. Prueba de ello son estas páginas llenas de personajes cercanos, situaciones plausibles y hondas reflexiones vitales que nos acercan a un grupo de jóvenes amigos que buscan su lugar en el mundo. Un proceso que, por lejano que pueda resultar para un adulto, no deja de rememorarnos aquellos tiempos convulsos en los que definirnos, fuera como fuera, era una de nuestras mayores preocupaciones. Sólo por eso, ya valdría la pena acercarse a ‘Solanin’. Afortunadamente, hay mucho más en éstas páginas. Decisión vuestra será acercaros a ellas.