Muestra inequívoca de que en él el mundo del manga encontró a una voz como casi ninguna otra, que tres años después de su muerte, las editoriales españolas sigan apostando por Jiro Taniguchi e, incluso, como es el caso, nos presenten un título que nunca antes había visto la luz en nuestro país —y eso, teniendo en cuenta lo muchísimo que se ha publicado del mangaka, es tremendamente elocuente—, habla volúmenes de la capital relevancia que el maestro tuvo y tiene a la hora de caracterizar el cómic que nos viene del país del sol naciente. Una relevancia que en el caso de Taniguchi se revistió de muchísima universalidad y a la que nunca se le podrá reconocer lo suficiente su enorme grandeza.
Cualquiera que alguna vez se haya acercado a su producción y haya recalado en alguno de los contados títulos en los que el mangaka no firmó en solitario, habrá observado que entre éstos y el resto de su producción se abrían considerables diferencias. Unas diferencias que los tres títulos que traemos hoy, publicados recientemente por Planeta Cómic y Ponent Mon, no hacen más que poner en claro relieve: de una parte, tendríamos al Taniguchi que podríamos definir de «encargo» —sabemos de sobra que dicha etiqueta no es nada acertada pero nos parece que ilustra con bastante tino la idea que queremos acercaros—, ese al que primero conocimos los lectores españoles merced a aquella temprana y muy lejana edición de ‘Hotel Harbour View‘ que publicara Planeta DeAgostini en 1993 y que tan bien ejemplificado queda en ‘La época Botchan’; de la otra, tendríamos al Taniguchi que todos los que hemos dado cuenta de la totalidad de su obra hemos llegado a reverenciar, ese que miraba con ojo tranquilo al mundo y nos presentaba en sus páginas, con mimo y detalle, historias sencillas de profundo calado que nos conquistaban desde la primera página.
En ambos mundos, tan separados como unidos por la voluntad gráfica de una misma mano, se mueve la terna conformada por la reedición de ‘El almanaque de mi padre‘ —acaso una de sus tres mejores obras—, la suerte de reedición que supone ‘Mascotas‘ —ahora aclararemos porque eso de «suerte de»— y la novedad absoluta que es ‘Garoden‘. Y ya que es éste volumen publicado por Ponent Mon el que abre diferencias con los otros dos, centremos esfuerzos en discernir cuánto de merecedoras son estas violentas páginas de nuestra atención.
‘Garoden’ es una adaptación de la novela homónima de Baku Yumemakura en la que se nos presenta la historia de un luchador que, queriendo alcanzar la cumbre de su disciplina, está dispuesto a lo que sea por vencer a un oponente inalcanzable. Sustentado por tan simple esqueleto, y sin mucho más que ofrecer a nivel argumental, la validez de ‘Garoden’, en cuyas páginas se puede identificar al Taniguchi más temprano, ese que también encontrábamos en ‘Hotel Harbour View’, reside en la pericia extrema del artista para narrar con asombrosa precisión los diversos combates que animan la lectura, un éxtasis de violencia coreografiado con un conocimiento sobrenatural de la anatomía humana que, página tras página, deja atónito al lector que pasee su mirada por ellas.
Pero, claro, aunque es la sencillez de intenciones y el conciso alcance de la historia parte de lo que años más tarde será marca de la casa, no se puede comparar a ‘Garoden’ con lo que encontramos en ‘Mascotas’ o, más aún, en ‘El almanaque de mi padre’. El primer volumen es un iteración sobre ‘Tierra de sueños‘, un tomo que Ponent Mon nos ofreciera hace unos años —quince para ser concretos— y que ahora pierde uno de los relatos que contuviera entonces para ganar otro que imprime un empaque más compacto a la lectura. Ésta, centrada en la vida con animales de sus protagonistas, es todo un corolario perfecto de lo que Taniguchi era capaz de poner en juego cuando se sentaba delante del tablero: la grandiosa sencillez de su trazo, el extremo gusto por el detalle, la maravillosa sensibilidad que desprendía cada página y las muchas y muy evocadoras sensaciones que aquéllas imprimían se dan cita en un tomo que es un misil directo al corazón, importando muy poco que, como es el caso del que esto suscribe, nunca haya compartido espacio vital ni experiencia prolongada con un animal doméstico.
Dicho logro —porque que uno empatice con la tristeza que inunda en ciertos momentos a los personajes de ‘Mascotas’ no puede ser más que definido como un logro cuando no se han vivido con anterioridad similares experiencias— atestigua de manera contundente acerca del genio de un maestro que pocas veces rayó a una altura tan considerable como aquella por la que Planeta vuelve a apostar con su nueva reedición de ‘El almanaque de mi padre’ —la primera en sentido de lectura japonés. Podría aquí y ahora dejaros con dos o tres párrafos más en los que se desgranara la descomunal grandeza que esta historia de tan íntimo corte encierra pero, en su lugar, os dejo con las líneas que mi yo de hace seis años redactó cuando hubo de confrontar la misma tarea ante la anterior edición del título.
Quizá, a lo que podéis leer en dichas líneas, añadiría que ‘El almanaque de mi padre’ es imparable en su constante ascenso en la escala personal conforme uno se va acercando a ella conforme pasan los años y revisa sus páginas cada vez con ojos más cargados de experiencia. Pero, claro está, es este un mensaje algo trillado que sólo viene a insistir en una idea muy enunciada: que los clásicos, los verdaderos clásicos, son aquellos que nunca envejecen por más que uno se acerque a ellos. Ciñéndose a esta definición, ‘El almanaque…’ y ‘Mascotas’ son clásicos inequívocos. Que ‘Garoden’ lo termine siendo es algo que sólo el tiempo podrá responder…
El almanaque de mi padre
- Autores: Jiro Taniguchi
- Editorial: Planeta Cómic
- Encuadernación: Cartoné
- Páginas: 272 páginas
- Precio: 16,95 euros
Garoden
- Autores: Baku Yumemakura y Jiro Taniguchi
- Editorial: Ponent Mon
- Encuadernación: Rústica con solapas
- Páginas: 288 páginas
- Precio: 22 euros
Mascotas. Un paseo en compañía
- Autores: Jiro Taniguchi
- Editorial: Ponent Mon
- Encuadernación: Rústica con solapas
- Páginas: 164 páginas
- Precio: 18 euros