Hay veces a lo largo de nuestras vidas en que nos aferramos a ciertas mentiras para poder seguir adelante. Mentiras más o menos piadosas, más o menos flagrantes, con las que, curiosamente, conseguimos dotar de cierto orden o sentido a nuestra existencia. Ese es el caso de los protagonistas de ‘Los dioses mienten’, un manga recogido en un tomo único creado por Kaori Ozaki, que se publicó originalmente en Japón en 2013. En él se nos cuenta la historia de dos niños de once y doce años cuyos pasos se cruzan por casualidad y cuyas vidas quedan unidas a partir de un inolvidable verano. Dicho así, pareciera que nos encontramos ante una historia romántica de inocente amor pre-púber, pero no es así. Lo que une a Natsuru, el muchacho vivaz y aficionado al fútbol, y a Suzumura, la chica que carga con una responsabilidad insólita para su edad, es algo mucho más profundo.
Todo comienza con un detalle aparentemente banal: la sustitución del entrenador del equipo de fútbol juvenil en el que juega Natsuru. Incapaz de soportar el carácter autoritario e intransigente del recién llegado, Natsuru se escaquea del campeonato en el que iba a participar durante sus vacaciones de verano sin decirle nada a nadie, ni siquiera a su madre, con la que vive desde la muerte de su padre. Sin saber adonde ir, se acaba topando con Suzumura, que lo invita a su casa, y allí descubre que ella y su hermano viven solos desde que se marchó su padre, arreglándoselas como pueden e intentando que nadie se entere para que no los lleven a un centro de acogida. Los días que compartirán juntos cambiarán su forma de ver las cosas y los hará madurar a marchas forzadas, especialmente a Natsuru.
No desvelaré más detalles de la trama para que cada cual la descubra por sí mismo, si bien tampoco hay mucho más que contar. A excepción de una escena potentísima que te deja patidifuso hacia la mitad del tomo, el resto de la narracion discurre sin excesivos sobresaltos ni giros argumentales. Es la relación entre los protagonistas, y los detalles que atisbamos sobre sus vidas, los que dan verdadero encanto a la obra. Hay ciertos pasajes, eso sí, en los que se echa en falta una mayor concreción por parte de la autora. Por ejemplo, ¿por qué Natsuru llama a su madre por su nombre de pila, en vez de decirle «mamá»? Son detalles que más o menos podemos suponer o dejar a nuestra imaginación, y que tampoco tienen una influencia determinante en la narración, pero que tal y como están presentados pueden pecar de un enfoque un tanto superficial. Otro punto que a primera vista quizá pueda echar atrás a algunos lectores es el estilo gráfico, con un dibujo sencillo y algo perezoso en la recreación de escenarios, sin el dinamismo y la expresividad habituales en el cómic japonés. Sin embargo, este aspecto se suple gracias a una acertada composición de las viñetas y a la pericia de la autora a la hora de diseñar los planos, algo que se percibe sobre todo en las portadillas de los capítulos.
‘Los dioses mienten’ nos ofrece, en conclusión, una historia adulta y sensible protagonizada por dos niños cuyas vivencias te dejan poso tras la lectura, especialmente la aguerrida Suzumura, que me recordó en ciertos momentos —salvando las distancias— al personaje de Fiona en la versión americana de ‘Shameless’. A pesar de su brevedad, se trata de una obra mucho más nutritiva que la mayoría de shonens y shojos que pueblan actualmente las estanterías. En cuanto a Milky Way, toca volver a alabar su buen gusto a la hora de escoger sus licencias, y sobre todo destacar su capacidad para hacer que mangas como este tengan una buena acogida entre los lectores de nuestro país. Hace apenas unos pocos años parecería imposible que una obra como ‘Los dioses mienten’ tuviera cabida en nuestro mercado, así que alegra saber que poco a poco los gustos de los aficionados al manga en España, sobre todo los de los más jóvenes, están evolucionando.
Los dioses mienten
- Autora: Kaori Ozaki
- Editorial: Milky Way
- Encuadernación: Rústica con sobrecubiertas
- Páginas: 220
- Precio: 8 euros