Puede que el nombre de Richard Woo no nos diga nada, pero la cosa cambia si decimos que se trata de un pseudónimo de Takashi Nagasaki, co-creador de ese estupendo manga de aventuras y misterio llamado ‘Master Keaton’. Esta vez, el guionista nipón une fuerzas con el dibujante Kôji Kôno para presentarnos al Inspector Kurokôchi, un personaje tan carismático como Keaton, aunque desde luego no tan educado ni comedido. Al contrario, Kurokôchi es un policía histriónico y expresivo que no duda en recurrir a todo tipo de malas prácticas —sobornos, chantajes, engaños— para salirse con la suya. Un antihéroe que, pese a que de primeras pueda parecer un caradura sin escrúpulos, en el fondo lo que pretende es hacer justicia y detener a los culpables de los crímenes que investiga, aunque eso suponga quebrantar unas cuantas leyes por el camino.
A Kurokôchi lo conocemos a través de los ojos del joven agente Seike, un policía recién llegado a la policía prefuctural donde opera nuestro protagonista. Al igual que nosotros, Seike recela de Kurokôchi en un primer momento, pero conforme le va conociendo mejor, empieza a descubrir que hay más de lo que se percibe a simple vista en ese policía deslenguado y corrupto. A veces, todo hay que decirlo, la actitud de Kurokôchi parece un poco forzada, pero solo es cuestión de acostumbrarse a su singular personalidad. Por lo demás, es un policía de lo más astuto que siempre va un paso por delante del criminal y de los otros agentes, y lo que en apariencia son una serie de acontecimientos azarosos o sin conexión, al final se descubre que formaban parte de los meticulosos planes de Kurokôchi para sacar la verdad a la luz. En cuanto a Seike, su papel es meramente anecdótico, al menos en este primer tomo, y espero que se le saque algo más de provecho en próximas entregas, para que no todo gire continuamente en torno a Kurokôchi. En una obra con esta extensión, que en Japón ha alcanzado los 18 tomos, es indispensable contar con un elenco de secundarios lo bastante sólido como para mantener el interés del lector y para que el manga no acabe cayendo en la repetición.
Al igual que en ‘Master Keaton’, el guionista articula esta obra en base a capítulos autoconclusivos, en los que se resuelve el enigma o misterio planteado de inicio. La diferencia en este caso radica en que, a su vez, estos capítulos conforman una historia más larga que abarca el tomo entero, y que arranca con la aparición del cadáver de una joven que ha sido brutalmente asesinada. El resultado contiene todos los ingredientes propios de una trama policíaca: asesinatos misteriosos, sospechosos que tienen muchas cosas que esconder, corrupción política y policial, y todo ello está regado con un sentido del humor negro y socarrón que le sienta como un guante a la historia. Con un protagonista así, y con una forma tan peculiar de abordar el género negro, el arranque de ‘Inspector Kurôkôchi’ es inmejorable. Queda por ver qué tal se desenvuelve en la carrera de fondo, pero por el momento, es una serie a tener muy, pero que muy en cuenta.
Inspector Kurokôchi
- Autores: Richard Woo y Kôji Kôno
- Editorial: ECC Ediciones
- Encuadernación: Rústica con sobrecubiertas
- Páginas: 208
- Precio: 9,95 euros