Para los que llevamos leyendo manga desde hace veinticinco años, ‘Hotel Harbour View’ era, en el recuerdo —porque, he de ser honesto, nunca la había revisitado— una de esas obras a las que uno le tenía un cariño singular por cuanto fue de las primeras adultas a las que pudo acercarse gracias a la publicación original que Planeta DeAgostini trajo, a aquellos aficionados incipientes al tebeo nipón, allá por 1993. Recordemos que en aquellos primeros instantes de desembarco del cómic del país del sol naciente en España, tanto Planeta como Norma le «tiraban los tejos» a todo, pudiendo encontrar uno en las escuetas estanterías metálicas de la papelería de al lado de casa de sus padres, ejemplares de ‘Dragonball’, ‘3×3 ojos’ o ‘Ranma 1/2’ junto a seinen como ‘Crying Freeman’ o este que hoy nos ocupa, primera obra que vió la luz en castellano del recientemente desaparecido Jiro Taniguchi —que, en aquél momento y en aquella portada se llamaba Jiroh, y no Jiro.
Con casi cinco lustros a sus espaldas —la edición española, claro, la japonesa ya cumplió hace años las tres décadas de vida— y, como decía antes, sin ninguna revisión que hubiera vuelto a constatar si en el sólido recuerdo que sostendría la posterior admiración por el fallecido autor jugaba más la nostalgia que cualquier otra apreciación, me acerqué a ‘Hotel Harbour View’ con una doble mezcla de ilusión, por recuperar tan pretérito hito de mi bagaje tebeístico, y expectación, ya que la nueva edición de Planeta en formato kanzenban recoge, al contrario que aquella que la editorial nos trajo en álbum a principios de los noventa, la totalidad de los relatos ideados por Matsuo Sekikawa y Taniguchi, recuperando asimismo las asombrosas páginas a color que el artista cuajó hace más de treinta años. El resultado de la lectura, como puede intuirse por el titular de la entrada, no ha sido todo lo satisfactorio que hubiera esperado.
En la parte positiva —porque, cuidado, la hay— habría que considerar tanto la afortunada inclusión de las páginas iniciales a color, un experimento narrativo por parte de los autores que, aunque resulte demasiado cargante y vacuo en la parte escrita, es fascinante en la gráfica; como la aparición de un tercer relato que sumar a los dos que ya leímos años ha y que, paradójicamente, es el mejor de la terna que conforma ‘Hotel Harbour View’. También como cualidad a tener muy en cuenta es la forma en la que Taniguchi juega con el tempo narrativo, sobre todo en esas secuencias en las que el avance de una bala se divide en múltiples viñetas, estirando hasta lo indecible el momento de impacto y aumentando así, qué duda cabe, la tensión del lector.
Restando enteros a la altura a lo que lo expuesto en el anterior párrafo podría rayar, lo artificioso y falsamente sofisticado del guión provoca una caída de interés paulatino conforme se avanza la lectura, y es la sensación de que todo el conjunto se ha complicado porque sí la que termina predominando de tal manera que ahoga a todo lo demás, dejando un regusto, si no amargo, sí agrio y desigual. Con todo, y para aquellos completistas que, como servidor, llevaban años solicitando en silencio una nueva edición de tan lejana obra, tener por fin este flamante nuevo volumen en las manos es «gustazo» más que suficiente. Verlo en la balda dedicada al autor japonés junto al resto de su obra en castellano, aún más.
Hotel Harbour View
- Autores: Jiro Taniguchi, Matsuo Sekikawa
- Editorial: Planeta Cómic
- Encuadernación: Rústica con sobrecubiertas
- Páginas: 208 páginas
- Precio: 15,26 euros en