El pasado Salón del Manga de Barcelona servía a Planeta DeAgostini para poner en circulación tres volúmenes diferentes acreditados a un mismo autor, un Naoki Urasawa en el que la editorial ha encontrado un auténtico filón de cara al mercado: habiendo probado de forma sobrada que todo lo que toca lo convierte casi de forma automática en un manga de lectura obligada (por no calificarlo de referencia), incluso cuando los aficionados no nos podemos de acuerdo acerca de algún título suyo (y estoy pensando, obviamente, en ’21st Century Boys’) resulta incuestionable que el artista levanta pasiones entre el fandom, y es uno de esos pocos nombres a los que uno puede (y debe) seguir sin temor alguno a estar tirando el dinero.
Buena prueba de ello son, sin lugar a dudas, la terna que veía la luz hace cosa de un mes. Para empezar el menú tenemos el aperitivo que supone el décimo volumen de la intrigante y espléndida ‘Billy Bat’ (Rústica, 198 páginas, 8’95 euros), una serie que, si del que esto suscribe dependiera, podría seguir sine die mientras mantenga el nivelazo que hasta ahora hemos podido ver en sus páginas.
Y tras deleitarnos en el inmejorable sabor que desprenden las viñetas del proyecto más reciente del artista nipón, Planeta nos propone viajar al pasado reciente de su producción con el plato fuerte del día, la edición kanzenban de ‘Happy!’ (Rústica, 314 páginas, 14’95 euros). Publicada en 2004 en el país del sol naciente, la serie es la perfecta muestra de que el genio de Urasawa se adapta tan al seinen que encuentra sus mejores ejemplos en ‘Monster’ o ‘Master Keaton’, como al shonen en el que (hasta cierto punto) cabría clasificar a ’20th Century Boys’ o al shojo que queda representado por este título.
‘Happy!’ sigue las desventuras de una joven que, debido a una multimillonaria deuda derivada de las malas artes de su hermano mayor, se verá metida en una sórdida trama en la que sus acreedores intentarán por todos los medios forzarla a prostituirse. Brillante tenista, Miyuki tratará por todos los medios de huir de un futuro tan aciago buscando denodadamente la oportunidad de poder dedicarse de forma profesional a la raqueta. En tan sólo un volumen, Urasawa demuestra el porqué es uno de los autores japoneses más venerados de la actualidad, componiendo un relato que atrapa al lector irremisiblemente en virtud de su ritmo y, sobre todo, de un microuniverso plagado de personajes carismáticos marca de la casa.
Como colofón a este menú tan variado, el postre que nos ofrece la editorial supone adentrarnos de nuevo, aunque sea de forma algo tangencial, en la fascinante historia de ‘Monster’ (sin lugar a dudas, la obra maestra del artista). Y lo hacemos de la mano de ‘El monstruo sin nombre’ (cartoné, 48 páginas, 14’95 euros), un título de tintes «metatebeísticos» en el que Urasawa «adapta» aquellos cuentos que tanto marcaron a Johan (el motor protagonista de ‘Monster’) para transformarlo en ese ser capaz de atemorizar a cualquiera.
Como podéis ver, tres platos de lo más variado que, entre otras cosas, sirven para hacer hincapié en que en la inmensa variedad que encierra el mundillo del manga hay lugar para productos que se salen de la norma, adoptando patrones ajenos a aquellos pertenecientes a las fórmulas narrativas comunes del tebeo japonés, abriendo así horizontes a las muchas posibilidades que se encierran en el noveno arte.
Posiblemente el autor que más te deja atrapado, con mejor manejo del cliffhanger y con mayor profundidad en sus tramas que haya leído en el manga. Eso sí, tengo una espina clavada hasta el corazón
«SPOILER ALERT»
por aquel deus ex machina que se sacó de la manga en 20th Century Boys. Si el gran interés de la obra era saber quién era Tomodachi, resolverlo «así» es una torpeza.
«FIN SPOILER ALERT»
Tan profundamente está clavada que ni he terminado de leer «Monster» por miedo a que me pase lo mismo.
Pues a mi no me molestó especialmente lo de 20th Century Boys, pero creo que tuvo que ver con lo muy mal que me habían hablado de la serie y lo mucho que disfruté leyéndola.
En cuanto a Monster, Jomonge, YA ESTÁS TARDANDO 😛