V. Kingdom Come

JAPAN WEEKEND 2023. Después del tsunami llega la fiesta

Dentro de todos los seres mitológicos que se pasean por los márgenes del manga y el anime, el fénix, sin ser el más popular, es de esos que pueden dar mucho juego. Para muestra la obra homónima del maestro Tezuka o el Ikki de Los caballeros del zodiaco. Pero sobre todo, el valor del fénix es el renacer de sus propias cenizas. Japan Weekend intenta emularlo al volver, apenas despuntando el año, en un clima difícil después de su última edición, tras una controvertida cita en la que muchos aficionados vivieron una mala experiencia, que por suerte no acabó en tragedia, fruto de la sobreventa de entradas. Intentando dejar estos sucesos en el (mal recuerdo) más de una cosa parece haber cambiado en esta feria para disfrute de otakus y demás aficionados. Su regreso no puede ser más afortunado.

Cambiando los cuatro pabellones interconectados de Ifema por tres independientes y estableciendo más separaciones y pasillos más amplios entre los distintos stands y escenarios el Japan weekend no ha dejado nada en el tintero. Dedicando la mayor parte de sus instalaciones a artistas semi y no profesionales, en cuyos puestos se han podido encontrar desde prints y pegatinas a tote bags y peluches, tampoco han faltado los habituales stands de merchandising, entre los que sorprendía el gigantesco espacio de una conocida línea de jugueterías dedicado a los populares Funko (con alguna excepción como los clicks de Naruto. Sí, esto existe) ni los de las editoriales así como la ya familiar sección dedicada a los videojuegos clásicos, RetroWeekend, entre los que no faltaban por supuesto un buen número de origen nipón, más de uno con personajes tan familiares como los de Dragon Ball o Ranma ½ en su carátula.

Por supuesto también han hecho acto de presencia propuestas de actividades formativas como la enseñanza de lenguas orientales, las artes marciales (también disciplinas deportivas como las habituales lecciones de esgrima con sable láser o la lucha libre) o el conocimiento de la cultura japonesa, a los que se sumaron, entre los clásicos concursos de cosplay o baile, talleres de dibujo, de origami (de la mano de EMOZ), caligrafía y hasta de cuidado de plantas.

Tras años en los que el merchandising ha sido el rey del cotarro, la Japan weekend ha cedido una parte importante de su espacio a las editoriales. Desde el apabullante stand de ECC en el que el manga de terror, con Junji Ito como flamante cabeza de cartel (un autor objeto de continuas ediciones que este año ha aumentado si cabe su popularidad gracias a la controvertida serie de animación de Netflix), era el rey, y en el que se regalaban láminas, chapas y hasta calcomanías; a las mesas de editoriales más pequeñas como Osoo cómics (que publica gran parte del catálogo de Go Nagai), Editorial Hidra, Kibook ediciones o Letrablanka, pasando por supuesto por otras como las clásicas Norma o Fandogamia, que siempre suma a su heterogéneo catálogo rico en manga documental sus impagables camisetas, los tomos presentes, tanto en formato kanzenban como tankobon, son buena muestra de un mercado que ha subido exponencialmente en los últimos años. Aunque entre la gran variedad de géneros, entre los que hay algunos que están ganando peso notablemente, cómo no, el terror, sin duda el que se está convirtiendo en un auténtico buque insignia es el Boys love o BL, que como se podía ver en más de un puesto, tenía dedicado a él cajoneras enteras (y del que podíamos encontrar gran número de ejemplares entre las opciones de regalo con la entrada anticrisis).

Entre la gran cantidad de mangas, camisetas, tazas, figuras y demás, por no mencionar los gustos de los cosplayers (entre los que se pudieron encontrar hasta dinosaurios…aunque no creo cuente como cosplay de Dinosan) las tendencias más queridas se hacen patentes. ‘Guardianes de la noche‘ demuestra haberse convertido en el gran clásico de los últimos años, pero frente a títulos ascendentes como ‘Tokyo revengers‘ es ‘Chainsaw Manla obra —la publicación de su segundo arco ha llegado recientemente así como su versión anime— que más popularidad está ganando en los últimos meses con su brutal combinación de acción, misterio y gore, haciendo que Puchita, el demonio-mascota del protagonista haya mutado en un icono presente en casi cualquier esquina de los pabellones.

Japan Weekend se convierte una vez más en una cita imprescindible para los aficionados. Cierto que en esta ocasión se han echado mucho de menos las exposiciones, reducidas a un puñado de fotos de gran formato de cosplayers, pero todos los elementos que ayudan a dar forma a esta feria hacen de ella puro entretenimiento. No ha vuelto con toda la fuerza y efectos especiales de esos fénix a los que nos ha acostumbrado el fantástico, pero tras el olvidable capitulo del pasado año Japan weekend vuelve con fuerza y más de un acierto. La próxima, con suerte antes de que acabe el año, más.

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