COMIC SCENE: Las Lecturas de Fancueva
V. Kingdom Come

‘Velvet Ómnibus’, espías con identidad

Como ya demostrara de forma sobrada en su estancia al frente del Capi, la mezcla del total dominio de Ed Brubaker sobre los patrones del género negro con el género superheróico daba como resultado un tebeo tan atípico que acercarse a él mes a mes era garante seguro de estar haciéndolo a una de las mejores cabeceras que el Universo Marvel era capaz de producir. Y algo parecido pasó con ‘Velvet‘ e Image. De acuerdo, aquí el género superheróico no aparece por ninguna parte y el discurso de los autores se centra en el espionaje puro y duro, pero donde ambas cabeceras coinciden de pleno es en apuntar a lo mejor que la editorial «independiente» ha publicado en sus ya treinta años de recorrido por el tebeo yanqui.

Considerando la gran oferta que Image tenía cuando ‘Velvet’ vio por primera vez la luz —y la que sigue teniendo, que Image no para de darnos alegrías a los que encontramos en sus salones aquellos títulos con que huir de la dichosa continuidad de las otras dos grandes majors— que ‘Velvet’ esté entre las diez que sería un auténtico crimen perderse habla, y habla a voz en grito, del espectacular trabajo que Brubaker y Epting estuvieron realizando desde que el primer número de la cabecera viera la luz en octubre de 2013. Un primer número que, en esta nueva edición Omnibus que nos presenta Panini, sienta con precisión las bases de por qué derroteros va a moverse el ambiente y la personalidad de la serie.

Con el claro referente que siempre suponen en el mundo del espionaje ficticio las historias de James Bond, calificar a ‘Velvet’ como una «007 en femenino» sería una gran injusticia para lo que las páginas del cómic serán capaces de ofrecer: en esas primeras páginas en las que arranca la acción, Brubaker y Steve Epting nos presenta a Velvet Templeton, secretaria personal del Director de ARC-7, una agencia de inteligencia ultrasecreta del gobierno británico. Pero, como podemos comprobar en su prodigioso arranque, Velvet es algo más que una simple secretaria, algo que podrá demostrar sobradamente cuando una conspiración de origen desconocido la envuelva en el asesinato de dos notables agentes.

De ritmo increíblemente medido, la acción de ‘Velvet’ jalona momentos de pura adrenalina —los menos, todo hay que decirlo— con aquellos en los que Brubaker vuelve a destaparse como el gran escritor de diálogos cargados de cinismo que es. Definiendo la personalidad de todos los implicados en la acción con cuatro trazos, y reservando lo mejor para lo que concierne a su explosiva y enigmática protagonista —servidor, que siguió la serie mes a mes al ritmo estadounidense, contempló maravillado el lento destilado que se hizo de la figura central del tebeo— resulta especialmente brillante el que, situada entre los años sesenta y setenta, la serie huela a ese tono añejo que tienen las primeras cintas de Bond.

A lo largo del desarrollo de la historia, Brubaker va situando de manera cuidadosa todas las piezas del complejo tablero de ajedrez y, transcurridos los diez primeros números, el desenlace de ‘Velvet’ queda planteado de tal forma que, al menos en lo que a este redactor concierne, se hace difícil pensar que pueda decepcionar a los que tenga la fortuna de acercarse a él: ninguno de los movimientos que utiliza Brubaker, ni la ejecución de los mismos que plantea Epting dan puntada sin hilo, tejiendo ambos artistas un tapiz complejo, lleno de matices y que, además, reserva no pocas sorpresas, no ya al que se acerque a él de nuevas, sino al que quiera disfrutar de ese placer tan raro que es la relectura.

Y si hay un responsable de que ese placer tome forma y de que el ambiente de la cabecera sea completamente creíble, ese es Steve Epting. Dibujante que nunca fue santo de mi devoción hasta que se reinventó por completo para las páginas de Capitán América, el trabajo de Epting aquí es tanto o más notable que el que hiciera para Marvel: no sólo es que cuide la ambientación de forma espléndida —atención especial merece también el colorido de Elizabeth Breitweiser—, o que su narrativa a la hora de trasladar los momentos de acción sea una auténtica delicia, es que en lo que respecta a caracterizar a sus personajes, su personal estilo se fusiona con una clara determinación por hacer de estos entes tridimensionales, resultando de tal maridaje lo que convierte a ‘Velvet’, junto a la historia enhebrada por Brubaker, en ese tebeo sobresaliente del género negro que —amante del mismo o no— no os deberíais perder por nada del mundo.

Velvet Ómnibus

  • Autores: Ed Brubaker y Stev Epting
  • Editorial: Panini
  • Encuadernación: Cartoné
  • Páginas: 416 páginas
  • Precio: 48 euros
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Velvet Omnibus
  • ED BRUBAKER (Author)

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