No llegué a entenderlas en su momento y hoy, varios años después, entiendo aún menos todas las airadas críticas que le llovieron a Marvel en general y a Jason Aaron en particular cuando, trascendida su primera fase de estancia a bordo de las andanzas del Dios del Trueno —una primera etapa que le había valido elogios desaforados a diestro y siniestro y que había colocado al guionista, en según qué voces, como el que mejor había sabido entender hasta aquel momento a Thor y toda su cohorte de secundarios— decidió imprimir un giro radical al curso de más de cincuenta años de continuidad de la serie y, aprovechando los acontecimientos que habían rodeado al dios nórdico en esa nadería de crossover que había sido ‘Pecado original’, nos dejaba boquiabiertos a propios y a extraños con una doble decisión de esas que, sin duda, hacen historia del cómic.
De una parte, tras un comentario que Nick Furia susurraba al oído de Thor en la superficie de la Luna, y que no se desvelaría hasta años más tarde en el transcurso de la miniserie ‘Unworthy Thor‘, el hijo de Odín dejaba de ser el portador del martillo, que quedaba abandonado a su suerte en nuestro satélite a la espera de ser reclamado por alguien digno de portarlo. De la otra, era una fémina, cuya identidad permanecería en el anonimato durante ocho largos meses, la que se hacía con Mjolnir, con todos los poderes asociados a él y la que, para ofuscación de Thor, Odín y algún que otro macho con severas taras y esquemas de pensamiento anquilosados en la prehistoria, se colocaba en posición central de una de las mejores cabeceras de la Casa de las Ideas de la última década —y, queridos lectores, cuidado con lo que está haciendo Donny Cates ahora mismo con la colección porque, hasta el momento, a servidor le está volando la cabeza aún más que lo que llevó a cabo Aaron—.
Continuando con ciertos elementos de entramado que ya había expuesto antes de que Thor perdiera sus poderes, este primer año corto de ‘La Diosa del Trueno’ se encarga de casi un triple trabajo. Primero, seguir abundando en Roxxon, en el cabronazo de su CEO y en la aparición de un Malekith que dará muchísimo que hablar toda vez las ‘Secret Wars’ hayan venido y se hayan ido y Aaron retome discurso para plantear el macro-épico-mega-cruce ‘War of the Realms‘. Segundo, perfilar con todo su talento a una nueva encarnación del dios del trueno que sea diametralmente opuesta, no sólo ya por obvias cuestiones de sexo, sino en términos relacionados con su personalidad, con su forma de actuar y con cómo se relaciona con el conjunto de regulares de Asgard.
Tercero, y último, en hacernos olvidar a Esad Ribic, una tarea que, seamos francos, se antojaba titánica por lo mucho que el artista croata había hecho en unas páginas que atestiguan techos considerables pero que, nada más prorrumpir Russell Dauterman por aquí, quedan pronto relegadas a un segundo plano: el detallista trabajo del estadounidense y su ESPECTACULAR narrativa, plagada de recursos y que tan bien entiende lo que es un cómic de superhéroes, lleva a ‘Thor. La diosa del trueno’ a superlativas cotas, y aunque su protagonismo en las páginas que aquí recoge Panini quede minimizado en parte por venir jalonado por las incursiones de artistas de menor calado —al menos en lo que a mis filias se refiere, claro está— pasear la mirada por sus planchas es un auténtico gustazo de esos que no suelen abundan hoy por hoy en el comprometido estado en el que ya hemos apuntado que se encuentra una Marvel que no parece hallarse en plenitud de facultades salvo en muy puntuales títulos. ‘Nuff said!!!!!
Thor de Jason Aaron. La diosa del trueno
- Autores: Jason Aaron, Russell Dauterman et al.
- Editorial: Panini
- Encuadernación: Cartoné
- Páginas: 368 páginas
- Precio:35 euros