Cualquier oportunidad es poca para poder hablar a placer de Spirit, uno de los indiscutibles pináculos del noveno arte y el vehículo que sirvió a Will Eisner para cimentar (y de qué manera) una carrera que se encuentra en el Olimpo de este mundillo. Así pues, aprovechando la ocasión que nos brinda este ‘The Spirit. Femme fatales‘ publicado por Norma, nos adentramos en la historia del cómic para acercarnos al origen de uno de sus más famosos personajes.
Nace una leyenda
Como el propio autor narra en las últimas páginas de ‘The Dreamer‘ (cómic de obligada lectura donde los haya), la oportunidad de abandonar su próspero estudio para pasar a dibujar una historia semanal que sería publicada en los periódicos (llegando así a muchos más lectores que los de los cómics de la época y, sobre todo, mucho más cultos) le surge a finales de la década de los treinta, concretamente en 1939, año en que Eisner firma un contrato con Everett Arnold para la formación de un nuevo estudio al margen del que el autor ya tenía con Jerry Iger.
Dicho estudio se pone al servicio de la creación de historias que por un lado serán para Quality Comics (una de las editoriales del momento), y por el otro irán a parar a un suplemento de cómics incluido en ciertos diarios. Poco puede imaginar un jovencísimo Will Eisner, que por aquél entonces sólo cuenta con veintidós años de edad, que la arriesgada decisión de abandonar Eisner & Iger cambiará su vida y la historia del noveno arte para siempre.
2 de Junio de 1940, una fecha para el recuerdo. Aparece la primera historia de ‘The Spirit’. El origen del personaje es de sobra conocido por todos: Denny Colt es un detective que tras enfrentarse al malvado Dr.Cobra es dado por muerto, situación que aprovechará para combatir el crimen desde el cementerio de Wildwood con una nueva identidad y oculto tras un simple antifaz.
Un comienzo sencillo para un personaje que ya en su primera incursión cuenta con una galería de secundarios que se mantendrán con él hasta el final. El comisario Dolan, que se verá obligado a salvaguardar la identidad del héroe de forma continua; su hija Ellen, la eterna enamorada de Spirit y una mujer de armas tomar (algo inusual para la época) y Ebony White, el controvertido ayudante del héroe debido a su origen afro-americano.
En los dos años que pasan entre su primera aparición hasta que Eisner es llamado a filas en Mayo del 42, el dibujo del artista sufrirá una constante aunque en principio lenta evolución. Ya desde las primeras entregas (o secciones, como se les llama en inglés) se nota la pugna del dibujante por librarse del constreñimiento provocado por la forma de trabajar a la que estaba acostumbrado en el estudio (con esas páginas pre-aviñetadas) y el firme deseo de incurrir en nuevas formas narrativas que rompan dichos cerrados esquemas.
Esta pugna es ya apreciable en la historia que relata el origen del personaje, donde Eisner introduce viñetas oblicuas y circulares que rompen la monotonía del rectángulo, contando también desde el comienzo con las características cabeceras a toda página que jugando con el título de la serie, se terminarían convirtiendo en su seña de indentidad más reconocible y plagiada.
Además, el artista de estos comienzos no es ni de lejos el que después tanto llegaremos a admirar, y aunque en su forma de narrar ya se atisbas los rasgos que potenciará en el futuro, su dibujo dista mucho de atesorar la plasticidad que aquirirá con el tiempo y carece de una correcta proporción anatómica, siendo sus figuras demasiado estilizadas.
Con todo un potencial por desarrollar, será en Junio de 1941 cuando Eisner nos regale por primera vez una muestra clara de lo que ‘The Spirit’ llegará a ser. Bajo el título ‘Killer McNoby’, el dibujante rompe toda estructura tradicional de cómic, prescindiendo de viñetas para realmente ilustrar un relato escrito, en una historia claramente precursora de lo que después será la novela gráfica.
Eisner se fue a la guerra, mire usted, mire usted que pena
El lanzamiento de la tira diaria en Octubre de 1941 habla por si sólo acerca de la inmensa popularidad que el personaje ha alcanzado en tan sólo año y pocos meses, en un espacio que se aprovecharía para relatar historias fuera de continuidad y que seguiría hasta Marzo del 44.
Dos años antes de dicho cierre, como ya apuntábamos más arriba, Eisner es llamado a filas, permaneciendo en servicio activo hasta otoño del 45, con la contienda en Europa ya cerrada. Durante este tiempo, la publicación de ‘The Spirit’ no se interrumppe y será el equipo creativo del estudio de Eisner el que, de forma casi anónima, cubra la ausencia del maestro durante los tres años en los que éste no pueda hacerse cargo de su creación.
El regreso a la serie se produce en Diciembre del 45, y se deja notar. Con un estilo muy pulido (no obstante el artista dibujo durante sus años de servicio cómics de toda índole para el ejército en el ‘P.S.Magazine’) y cercano al más reconocible del autor, Eisner comienza a dar pasos de gigante en su creación, recuperando el control total sobre el personaje.
Spirit se convierte en clásico
Es evidente que resultaría una tarea gargantuesca (y un tedio de narices) si ahora pretendiéramos analizar de forma pormenorizada todos y cada uno de los logros de Eisner al frente de una colección en la que se mantendría durante siete años más de forma casi ininterrumpida.
Baste decir que su reincorporación supondrá las apariciones de personajes tan míticos como el villano Octopus (al que nunca llegó a vérsele la cara) o las femmes fatales Satine y P’Gell, que tantos quebraderos de cabeza darán a nuestro héroe, y que, cada semana, Eisner se las apaña para sorprender al lector con historias frescas y tremendamente entretenidas en las que el artista da lo mejor de si mismo al tablero.
Viéndose obligado por sus contratos con el ejército a dejar cada vez más la colección en manos de sus ayudantes, Eisner decide que ‘The Spirit’ debe terminar, eligiendo para la despedida del personaje a un ayudante de lujo, un Wally Wood que, junto a Jules Feiffer (colaborador durante muchos años en la serie), pergeñará un grand finale para la colección, la mítica serialización de Spirit en la Luna.
Wood, que ya era un autor de reconocido prestigio por sus trabajos de ciencia-ficción para EC, lega a las generaciones futuras una de las mejores historias del personaje, fusionando en lo visual su característico estilo con el de Eisner a lo largo de diez agotadoras semanas en las que el artista compagina como puede el trabajo en la serie con sus otros compromisos artísticos.
El 5 de Octubre de 1952 con la sección titulada ‘Denny Colt, UFO Investigator’, ‘The Spirit’ toca a su fin. Atrás quedan doce años de historias geniales y momentos inolvidables que a través de los tomos primorosamente editados por DC (o Norma en nuestro país) tendremos la oportunidad de disfrutar durante los lustros por venir. Unos volúmenes a los que ahora se suma esta genial selección de las mejores historias con féminas ideadas por Eisner a lo largo de los años.
En el tintero nos hemos dejado muchas cosas, lo sabemos, pero estamos ante una de esas raras ocasiones en que necesitaríamos mucho (pero que mucho, mucho) tiempo para poder cubrir todo lo que hay que decir sobre este pilar fundamental del noveno arte. En lugar de eso, creo que nunca volveremos a instaros de forma tan enérgica a que leáis ‘The Spirit’, un tebeo por el que no pasan las décadas y que, sin duda alguna, es historia viva de esta gran afición nuestra.
- Autores: Will Eisner/li>
- Editorial: Norma
- Encuadernación: Rústica
- Páginas: 192
- Precio: 15 euros
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