Cuarto capítulo de la colección que revolucionó el comic americano hace ya algunos años. Con Estación de Nieblas todo el mundo empezó a fijarse en una serie que el paso del tiempo lo ha encumbrado hasta el Olimpo de las obras maestras. Especial cariño le guardo a este arco argumental ya que fue mi primer acercamiento al universo Gaiman en su edición Zinco. Tras comprobar la inmensa calidad que guardaban aquellos cuadernillos fui haciéndome con el resto de entregas y no han sido pocos los formatos que han pasado por mis manos, siendo este de ECC el que se podría considerar definitivo.
Las primeras palabras del poema compuesto por John Keats ‘To Autumn’ son las que dan nombre a la historia que supondrá la presentación de todos Los Eternos, apareciendo algunos que aun no conocíamos dando lugar a una reunión familiar que tendrá bastante más importancia de lo que parece. Sin embargo, si por algo es recordada esta Estación de Nieblas es por el descenso hasta el infierno por parte de Morfeo, una escena que ha permanecido en la retina de los aficionados por la originalidad que destila en cada una de sus viñetas.
SPOILER ALERT ON – No será una visita de cortesía ya que las intenciones de Sueño están bien claras desde el principio: rescatar a Nada que lleva prisionera en el submundo una temporada que llega ya a los diez mil años. Pero muchas cosas han cambiado en la tierra de la desolación, la más importante, su monarca, Lucifer, ha decidido abandonar su reino. Y se irá haciéndole la vida un poco más difícil al pálido dios entregándole las llaves del inferno creando una interesantísima disyuntiva: ¿Qué hacer con un regalo que no deseas? — SPOILER ALERT OFF. Gaiman sigue a lo suyo y mientras la trama avanza no desaprovecha la ocasión y va presentando y rescatando personajes que de una manera u otra serán de vital importancia en el futuro devenir de la serie.
A todo esto habría que añadir el acierto al seleccionar los artistas encargados de ilustrar las distintas entregas que componen el volumen. Al habitual Mike Dringenberg se le unen otros dibujantes de la talla de Kelley Jones cuyo infierno resulta más aterrador que nunca o Matt Warner y sus niños detectives, que a día de hoy, aun tienen presencia en el mercado con una nueva serie para el sello Vertigo. Para que el resultado sea más redondo, nombres tan importantes como P. Craig Russel, Dick Giordano o George Pratt se dejan caer como entintadores, dando unos resultados sobresalientes, tanto, como cada una de las entregas de esta serie mítica. Y lo mejor está aún por llegar. [O.M.]
Sandman vol.4: Estación de nieblas
- Autores: Neil Gaiman y V.V.A.A.
- Editorial: ECC
- Encuadernación: Cartoné
- Páginas: 224
- Precio: 17,95 euros
El monólogo de Lucifer gritando sus intenciones contra Morfeo es una de las cosas con más intensidad que he leído nunca. Gaiman en estado de gracia.