Cualquier lector que se haya acercado en alguna ocasión a más de una obra firmada por Jeff Lemire como autor completo, no habrá sido ajeno a que los entornos en los que el artista estadounidense gusta de situar sus historias son siempre similares: pueblos de la américa profunda y casi siempre rural que ocultan un secreto inconfesable y terrible que ha servido para marcar a fuego y de por vida a la práctica totalidad de los protagonistas. Con muy ligeras variaciones y adornado de las más variopintas maneras, es este esquema el que cabe ser encontrado en títulos como ‘Sweet Tooth’, ‘Un tipo duro’, ‘The Underwater Welder’ o, por supuesto, en ese paradigma de su producción que es la trilogía de ‘Essex County’, caldo de cultivo primordial del que, una década más tarde, parece seguir brotando desbocado el que podríamos definir como sello Lemire.
Y si bien obras como ‘Trillium’, ‘Descender’ o, en menor medida, la fabulosa ‘Gideon Falls’, se apartan del modelo —aunque la cabecera de terror que dibuja Andrea Sorrentino tenga lugar en un apartado pueblo en mitad de la nada, el interés del Lemire guionista aquí es otro— y pudiera parecer que las fijaciones de Lemire han empezado a distanciarse de pretéritos senderos; si hemos de atender a lo que se nos ofrece en ‘Royal City’, la más clara conclusión que sacamos de este drama costumbrista con cierto elemento fantástico de por medio es que no parece que el guionista y dibujante vaya a abandonar así como así lo que tanto ha servido para marcarle como un autor a destacar en el panorama de todo aquello que nos llega desde el otro lado del Atlántico.
Sin que lo que voy a afirmar tenga mayor fundamento que la fuerte sensación que se desprende a lo largo de toda la lectura de ‘Royal City’ —y no ya sólo del volumen que ha publicado Astiberri sino de la serie completa—, parece que Lemire ha utilizado, como ya hiciera en ‘Essex County’, mucha carga autobiográfica en las vivencias de la familia Pike y de sus muy jodidos miembros. Es más, me inclinaría a pensar —de nuevo, sin ningún fundamento— que ‘Royal City’, a su manera, no es más que una secuela espiritual de la trilogía que tanto renombre le reportó al autor. Más, lo sea o no; ondee sobre el presente título la alargada sombra que proyecta ‘Essex County’ o, por el contrario, no lo haga, sí que hay una gran verdad que se cierne en torno al cómic que hoy ocupa nuestro tiempo: que es muy, pero que MUY bueno; un término éste que servidor evita usar por recurrir a epítetos más trabajados, pero que resulta tan elocuente como cualquiera de éstos para hacer ver que en el relato de este escritor que vuelve al hogar familiar para encontrarse a sí mismo y expiar pecados de su pasado hay mucha y muy variada grandeza encerrada.
Sin que su forma de dibujar y planificar la página sea de las que me «vuelven loco» —es más, tarde muchísimo en decidirme a hincarle el diente a ‘Sweet Tooth’, la primera serie que me leí de él, precisamente porque me parecía que su trazo era feista y simple a manos llenas—, con el tiempo he ido haciéndome poco a poco más permeable a su manera de contar las historias casi a la par con sus progresivas mejoras, si no de forma categórica sí de manera considerable. Haciendo pues su paulatino trabajo de erosión, llegados a ‘Royal City’ son muchas las fallas que habría que interponerle a Lemire si lo queremos es enseñar sus vergüenzas porque no conozcamos otra forma de hace crítica; pero no hablaré de sus deméritos, sino del preciso ajuste con el que su personal estilo se acopla al lento pero decidido devenir de un relato que se va cocinando a fuego lento y que, a través de unos personajes corpóreos y veraces, derriba cualquier barrera que queramos levantar para convencer, y hacerlo con argumentos de peso, desde la primera a la última página. Ante esto, sólo queda una pregunta que haceros: ¿a qué estáis esperando para visitar Royal City?
Royal City 1. Familia directa
- Autores: Jeff Lemire
- Editorial: Astiberri
- Encuadernación: Cartoné
- Páginas: 160 páginas
- Precio: 17,10 euros en