Sin ser lector de cómics, veo esta película o aquella serie de televisión; me gustan los personajes; me pica la curiosidad por saber más sobre ellos; me acerco a la librería especializada más cercana; pregunto si tienen algo del superhéroe de turno y, probablemente, me vea abrumado por la vasta oferta que las editoriales yanquis ofrecen a quienes caigan incautos en tan bien tejida tela de araña. Este esquema, que funciona muchísimo mejor en la teoría que en la práctica —según decía Carlos Pacheco en un podcast que escuché hace unas semanas, la incidencia del cine o la televisión en las ventas de cómics al otro lado del charco es mínima—, es el que Marvel, y DC en muy menor medida, aplican de manera sistemática ante el estreno de cualquier filme o la emisión de cualquier producción para la pequeña pantalla que tenga por protagonista a alguno de los personajes de su vasto panteón.
Y como quiera que el pasado 2017 fue el año en el que confluyeron en un mismo espacio los destinos de Daredevil, Jessica Jones, Luke Cage y Iron Fist bajo el auspicio de Netflix, Marvel no quiso desaprovechar la ocasión para poner en funcionamiento el quinto volumen dedicado al inmortal Puño de Hierro, cuya contrapartida televisiva era, de lejos, lo peor que hemos visto hasta ahora en el complemento «formato caja tonta» del Universo Marvel Cinematográfico. Algo normal, por otra parte, si se tiene en cuenta que contadas son las ocasiones en las que Danny Rand ha vivido aventuras dignas de reseñar en la página impresa —servidor sólo destacaría aquella etapa de la que se hizo cargo, en el terreno gráfico, nuestro David Aja— y que, debido a ello, el interés por el protector de K’Un-Lun es más bien limitado.
Es esta cualidad, la de limitado, la que gobierna sin remedio lo que podemos entresacar de los cinco primeros números de este quinto volumen del héroe nacido de la imaginación de Roy Thomas y Gil Kane allá por 1974. Utilizando una premisa de partida que suena a ya leída —el héroe desconectado casi por completo de su poder que vaga por el mundo intentando reconectar con él—, Ed Brisson urde un guión lineal y apenas sin sorpresas que lleva al eterno compañero de Luke Cage a una isla en la que deberá enfrentarse a siete maestros de artes marciales para así poder recuperar parte del chi que ha perdido: carente de mecanismos que pillen desprevenidos al lector, el guión de Brisson es puesto en escena por el efectivo trazo de un Mike Perkins que, eso sí, debería tomar algunas lecciones en cuanto a claridad de exposición se refiere. En definitiva, un tebeo muy «normalito» para un personaje «normalito».
Puño de Hierro. El juicio de los siete maestros
- Autores: Ed Brisson & Mike Perkins
- Editorial: Panini
- Encuadernación: Cartoné
- Páginas: 112 páginas
- Precio: 13,30 euros en