COMIC SCENE: Las Lecturas de Fancueva
V. Kingdom Come

‘Kick-Ass Ómnibus’, TODO Lizewski

Desde que sustituyera a Warren Ellis al frente de ‘Authority’ a principios del presente siglo, la carrera de Mark Millar en el mundo del cómic norteamericano —que hasta entonces se había desarrollado con bastante modestia en el seno de DC— dió un salto espectacular colocando al escocés en una posición de la que todavía no se ha movido. Su forma de escribir, con intereses que van desde las políticas mundiales hasta las formas más radicales del cosmos superheróico quedó ya patente en el primer número de la citada ‘Authority’, dando también a conocer la faceta que lo ha caracterizado siempre que las editoriales se lo han permitido: su fascinación por la violencia en sus más desatadas formas, una constante que títulos como ‘Wanted’‘Los Ultimates’‘El viejo Logan’‘Némesis’, todas y cada una de las entregas de ‘Kick-Ass’ o mucho de lo que se ha podido ver en su Millarverse, no han hecho sino explorar una y otra vez. 

Junto a este gusto por mostrar la violencia descarnada —un gusto que en ‘Kick-ass’ alcanza cotas cercanas al gore— la otra característica que más ha explotado el escocés es la facilidad que siempre ha ostentado a la hora de escribir unos diálogos que en la presente serie alcanzan cotas de realismo tan increíbles que parecen sacadas de cualquier conversación entre dos personas de la calle, o más aún, entre un grupo de amigos que departen acerca del último cómic que han leído o de la última película que han visto. 

En la primera miniserie de ‘Kick-ass’ de las cuatro que llegarán a conformar el grueso de lo que aquí recoge ahora Panini en formato Ómnibus, Millar, junto a un John Romita Jr. que se sale en cada página y composición narrativa —de un carácter cinematográfico espectacular—, parte de una premisa bastante sencilla que sitúa a un chaval apocado y bastante friki ante la opción de convertirse en un vigilante nocturno a lo Batman. Carente de superpoderes, la vida de Dave Lizewski cambiará por completo desde el momento en que decida enfundarse un ajustado traje y comenzar a patrullar las calles para dar caña a cuantos criminales encuentre. En su camino se cruzarán varios personajes con similares intereses entre los que se cuentan Big Daddy y Hit-girl, padre e hija inmersos en una cruzada contra el crimen que alcanzara cotas hiperviolentas, no escatimando guionista y dibujante en miembros cercenados y sangre por doquier en un título que se lee con avidez y que deja la puerta abierta para una secuela que, conforme el paso del tiempo, como decíamos al comienzo del párrafo, terminará mutando en tres series más: ‘Hit Girl’‘Kick-Ass 2’ y la que da cierre a la saga, ‘Kick-Ass 3’.

Pero antes de que ninguna vea la luz, ‘Kick-Ass’ será trasladada a la gran pantalla por Matthew Vaughn en un filme que se sitúa por méritos propios entre las mejores adaptaciones de cómic que hemos visto en un cine —y eso que hemos visto incontables ya, ¿eh?— y cuyo éxito da pie a una muy irregular y olvidable secuela que fundirá en sus dos horas de metraje lo correspondiente a ‘Kick-Ass 2’, en la que la violencia que habíamos visto en la primera se multiplica por mil y en la que Dave y Hit-Girl se enfrentarán en una guerra abierta contra el crimen organizado de Nueva York, y esa miniserie puente centrada en ‘Hit-Girl’ con la que Millar y Romita Jr. exploran los acontecimientos que tienen lugar entre el final de la primera y el comienzo de la segunda serie. 

Con un final de esos que deja la mandíbula cercana al suelo, Millar y Romita Jr. afrontaban la realización de ‘Kick-Ass 3’ con la clara idea de que los ocho números que componen las casi 250 páginas de que consta esta apoteosis final, fueran los últimos que se adentrarían el particular y genial universo creado por ambos. Un universo que sigue creciendo en dichas páginas y que, como no podía ser de otra manera, continúa la escalada ascendente de calidad y violencia extrema a la que habíamos asistido en todas las entregas anteriores para cerrar una saga que, lejos de reflejar eso de «segundas (o terceras) partes nunca fueron buenas» se hace fuerte en dejar claro que dicho refrán no le afecta ni por asomo, constituyéndose ‘Kick-Ass 3’ como lo mejor que el guionista ha escrito para el cosmos de ‘Kick-Ass’.

De ello hay tantas y tan variadas muestras en ese tramo final, que dar cuenta de ellas sería un proceso largo y tedioso en extremo. En su lugar quede afirmado con rotundidad que, a todos los niveles a los que puede ser analizado un tebeo —así, a secas, sin hacer mención al género en el que se circunscriba— ‘Kick-Ass 3’ funciona como un reloj suizo, ya estemos hablando de un guión hilvanado a la perfección, de unos diálogos que, de nuevo, parecen grabados a pie de calle y transcritos tal cual, de un dibujante que hace tiempo tocó techo y se mantiene incólume en su posición de narrador consumado, de un entintador que no le va a la zaga y es, sin duda alguna, el que mejor ha comprendido el trazo del artista y de un colorista que determina con claridad los derroteros «realistas» por los que se mueve esta MAGNA obra del noveno arte.

Como sabemos, ‘Kick-Ass’ no terminará en las páginas de este Omnibus, y Millar insistirá en explorar el microcosmos de estos personajes en las varias miniseries dedicadas a Hit-Girl dando tumbos por el mundo o en la actualización que hará del protagonista con los cuatro volúmenes que conforman la «nueva» ‘Kick-Ass‘. Pero ninguno de ellos tiene punto de comparación con lo que comprende este Ómnibus, pieza de incorporación imprescindible a toda tebeoteca que se precie.

Kick-ass omnibus

  • Autores:Mark Milla y John Romita Jr.
  • Editorial: Panini
  • Encuadernación: Cartoné
  • Páginas: 768 páginas
  • Precio: 60 euros

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