Aunque siempre vendrá el científico de turno a desmontarlo, sigue siendo popular el mito de que a la bomba atómica sólo sobrevivirán las cucarachas. El marvelita de pro sin duda añadiría a Hulk. Bueno, sobreviviría a eso y a cualquier apocalipsis que se le cruzase por delante, convirtiéndose en un morador habitual de futuros catastróficos, en uno de los cuales vamos a encontrarle bajo este título que resulta casi opuesto a su contenido que es ‘Futuro Imperfecto’.
El punto de partida es una creativa transgresión de uno de los básicos de la ciencia ficción más clásica: frente a esa gente que viene del futuro no precisamente a vendernos detergente sino a solucionar algún asunto que pueda evitar su pesadillesco presente ‘Futuro imperfecto’ aboga por el viaje contrario, mandando a nuestro Hulk décadas más adelante para ayudar a Janis y sus compañeros rebeldes para acabar con el tiránico Maestro, alguien que más adelante descubriremos no es sino el propio Hulk. Una idea ganadora que crearía suficiente cola como para que este llegase a granjearse algún puñado de miniseries con su nombre como cabecera de la mano del mismo guionista que esta obra, el gran Peter David.
Pero si atendemos a la obra que nos ocupa estamos ante un arco tan breve como sencillo, que nos muestra qué puede suceder con un Hulk amargado por la soledad y el desprecio que ha decidido marcar sus propias reglas, así como con un Rick Jones, ya anciano, que se ha convertido en el único guardián de la memoria de los que antaño fueron los héroes de la tierra, conservando recuerdos de todos ellos en una suerte de rick-cueva a la que da forma una de las viñetas más míticas de George Pérez. Una aventura de ribetes clásicos y fuerte espíritu catártico que se lee en suspiro y da lo mejor de sus personajes. Sin olvidar un dibujo que es una de las mejores muestra del arte del tristemente desaparecido George Pérez, cuyas referencias visuales nos llevan al universo de »Mad Max‘ y similares, con un malsano detallismo que nos presenta imágenes sencillamente apabullantes, como esa escena de multitudes que abre el tomo.
Pero este volumen no sólo recupera esta mítica serie de principios de los 90. También con guión de Peter David a esta le acompaña ‘El fin‘: con un cuidado dibujo de Dale Keown este número nos lleva a otro futuro en el que nadie queda de la humanidad salvo un Hulk, o mejor dicho un Banner, que con ya dos siglos de vida y sin saber cómo y cuándo le sobrevendrá la muerte, vaga por los restos de una civilización inexistente con la única compañía de un dispositivo alienígena destinado a registrar lo que le queda de existencia. En el otro extremo de un futuro en el que el Maestro hizo lo que quiso esta historia se defiende como todo un cuento de terror alternativo que nos lleva a los temores más íntimos de uno de los personajes más fuertes del universo Marvel.
‘Futuro imperfecto’ y ‘El fin’ componen así un curioso y complementario tándem que, dentro de esta línea Must-have que empieza a ser prácticamente imprescindible, se completa con un artículo del propio Peter David que aporta una serie de jugosas anécdotas así como una serie de extras que incluyen hasta una biografía de Rick Jones. Una gran apuesta tanto para los fans del coloso esmeralda como de las historias de corte distópico (no en vano la ciudad en la que se desarrolla la primera historia se llama así, Distopia) y por supuesto del buen cómic sin más, aunque gana más si conocemos los derroteros en los que se movía el personaje en una de sus etapas más míticas. Una obra que, simplemente, de imperfecto sólo tiene el título.
Hulk: Futuro imperfecto
- Autores: Peter David, George Pérez y Dale Keown
- Editorial: Panini
- Encuadernación: Cartoné
- Páginas: 168 páginas
- Precio: 20 euros