‘Happy of the end 2’, aquí te pillo, aquí te enamoro

Sin dudar en ningun momento que estamos ante un Boys Love, ‘Happy of the end‘ nos presentaba en su primer volumen una historia cargada de sombras cuyos protagonistas se salían de los tópicos del género. Su segunda entrega arranca con más luces. Haoran y Chihiro siguen compartiendo piso, y aunque en el terreno sexual se comportan como una pareja completamente bien consolidada  en el sentimental su relación se revela más lenta y tímida, presentando a un Chihiro al que, cuando la propuesta viene de su compañero de piso le ilusiona todo y que es capaz de ir al cine a ver una película que no le interesa solo por el placer de salir con él (aunque el resultado roza el patetismo), poniendo una mirada que es puro shojo.

Pero pronto sobre la pareja se cierne una amenaza: el regreso de un personaje oscuro del pasado de Haoran, Maya, no ajeno al mundo de la prostitución y las drogas en el que se movió este durante años y que puede tener más que razones para poner a este y a su nueva pareja en apuros. Aunque a partir de este momento asistiremos a momentos tan románticos como son las primeras navidades que van a celebrar juntos (no hay que olvidar que nochebuena, aunque venga Papá Noel, en Japón son una fiesta para enamorados a lo San Valentín) en las que no faltará la primera visita al templo del año o la búsqueda del regalo perfecto, éstos se alternan con piezas tan inquietantes como la que cierra el tomo (historieta extra aparte).

‘Happy of the end’ sigue demostrando que Ogeretsu Tanaka es una de las mejores dibujantes de BL del momento, con un buen conocimiento anatómico que le permite crear unas (abundantes) escenas de alto voltaje y de gran plasticidad. Ello unido a unas historias que saben salirse de los tópicos aún incorporando más de un tópico que nunca faltan en este género. Una obra que satisfará al lector que busque una trama adulta en más de un sentido, con una buena dosis de acidez y picante, y que supone una buena continuación de esta historia cuya numeración japonesa ya hemos alcanzado. Si nuestros protagonistas logran la felicidad del título queda aún para averiguarlo.