COMIC SCENE: Las Lecturas de Fancueva
V. Kingdom Come

El Spirou de Morvan y Munuera

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Ayer leí en la web de Entrecómics una interesante entrevista con el dibujante murciano José Luis Munuera. Además de incluir jugosas reflexiones sobre su trabajo y recomendaciones de otros autores, sirvió para refrescarme la memoria sobre su versión de Spirou, sobre la que pensaba escribir y finalmente se me fue el santo al cielo. El caso es que, después de muchos años sin leer nada de este personaje, me reencontré con Spirou y Fantasio gracias a los álbumes que realizó Munuera en colaboración con el guionista Jean David Morvan.

Juntos crearon un total de cuatro aventuras. La última de ellas, ‘Aux sources du Z’, todavía está inédita en nuestro país; pero las tres anteriores fueron recopiladas por Planeta en un solo tomo de 170 páginas al tentador precio de 20 euros. Toda una ganga teniendo en cuenta los precios que suele tener la BD en nuestro país. Esas tres historias son ‘París bajo el Sena’, ‘El hombre que no quería morir’ y ‘Spirou y Fantasio en Tokio’.

Lo que más llama la atención en cuanto abrimos las páginas de este volumen es el dibujo fresco y dinámico de Munuera, resuelto con trazos gruesos y espontáneos. Lo más destacable es que a pesar de mantenerse fiel a la forma de componer las páginas y de diseñar los personajes de otros autores que han pasado por la factoría Spirou (Franquin, Fournier, Janry…), ha conseguido darle un aspecto moderno ideal para las nuevas generaciones de lectores que llegan a los clásicos empadados de la vitalidad del manga.

Esa renovación de la herencia del personaje se extiende también a los guiones. Morvan ha mantenido el espíritu viajero de Spirou, que en estas tres aventuras visitará París, Tokio y las selvas de Guaracha, en América del Sur. Gracias a los documentados lápices de Munuera, el lector se sumerge de lleno en estas localizaciones realistas y cargadas de detalles.

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El guionista también ha decidido rescatar varios personajes del pasado de Spirou, como el malvado Zantafio y el bonachón Itoh Kata, sin olvidarse, claro está, de su ardilla Spip. Incluso se permite un guiño al Marsupilami, el peculiar mono de larguísima cola que dejó de aparecer en la serie tras la marcha de Franquin, que conserva los derechos del personaje.

Por lo demás, estos tres álbumes nos ofrecen las habituales dosis de acción y humor que aseguran una lectura fluida y agradable. Me alegra ver que después de tanto tiempo (el año pasado fue su 70º aniversario), Spirou sigue en buena forma y, lo más importante de todo, en buenas manos.

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