Nestor Burma es un detective privado parisino creado por el escritor Léo Malet en los años 40. Burma responde al prototipo de detective duro y cínico que se popularizó gracias a los personajes que aparecieron durante esos años en las películas y novelas norteamericanas. Sus peripecias fueron llevadas al cómic por Jacques Tardi, y el álbum que hoy tenemos entre manos, ‘Calle de la Estación, 120’, adapta la primera novela de este personaje, si bien fue el segundo cómic que realizó Tardi basado en sus andanzas.
Al principio de la historia, Burma se encuentra en un campo de prisioneros alemán, en donde conoce a un misterioso tipo amnésico que, antes de morir, le deja un enigmático mensaje: «Diga a Hélène: Calle de la Estación, 120». Unos meses después, Burma sale del campo y regresa en tren a París. Al detenerse en una estación, ve por la ventanilla a su compañero de la agencia de detectives, Robert Colomer. Cuando éste se acerca a saludarlo, recibe un disparo por la espalda y, antes de morir, le dice a Burma las mismas palabras que el amnésico del campo de prisioneros.
¿Qué significa esa dirección? ¿Quién ha matado a Colomer y qué relación podría tener con el tipo que había perdido la memoria? Estas y otras preguntas son las que tendrá que responder Burma en una investigación compleja y peligrosa en ciertos momentos, con el telón de fondo de la Francia ocupada por los nazis a principios de la década de los 40.
La historia avanza con un ritmo sobrio y reposado, a medida que van apareciendo nuevas piezas del puzzle que conforma la resolución final. No hay grandes momentos de acción, pero sí buenas dosis de intriga y un personaje, Burma, que capta en todo momento nuestra atención. Tardi supo plasmar a la perfección su expresión distante, melancólica, inmutable, que se convierte en uno de sus rasgos más característicos.
Por lo demás, el dibujo de Tardi también es una delicia en lo que respecta a la recreación de las calles de París y Lyon, así como de otros lugares que visitaremos durante este caso. El juego de grises funciona a la perfección para crear la atmósfera no sólo de un relato de serie negra, sino también como reflejo del ánimo de un país ocupado por las fuerzas enemigas.
Tardi publicó un total de cinco álbumes con las aventuras de Nestor Burma, entre los que destacan, además de éste, ‘Niebla sobre el puente de Tolbiac’ y ‘¿Huele a muerto o qué?’, que también ha publicado Norma en nuestro país.
Los autores
Léo Malet nació en Montpellier en 1909, y durante su juventud ejerció la curiosa profesión de cantante de cabaret en un local del barrio de Montmartre, en París. Durante los años 30 estuvo estrechamente relacionado con el movimiento surrealista, y fue amigo de grandes artistas de esta corriente como André Breton y René Magritte. Aunque cultivó varios géneros, es recordado por sus aportaciones a la literatura negra, con un total de 36 novelas dedicadas al personaje de Nestor Burma. Malet murió en marzo de 1996.
Jacques Tardi nació en 1946 y empezó a trabajar en el mundo del cómic a finales de los 60. Sus primeros trabajos fueron una serie de historias cortas guionizadas por Jean Giraud, más conocido como Moebius. El dibujo de Tardi se encuadra dentro de la llamada línea clara del cómic europeo y siempre ha sentido fascinación por las atrocidades de la Guerra Mundial, hechos que ha reflejado en obras como ‘La verdadera historia del soldado desconocido’.
Otra de sus obras más recordadas es la serie ‘Las extraordinarias aventuras de Adèle Blanc-Sec’, protagonizada por una mujer que pasa de ser una escritora de novelas de misterio a investigadora de casos con ciertos elementos sobrenaturales. Luc Besson está preparando una adaptación cinematográfica de esta obra, que llegará a los cines franceses el próximo mes de abril.
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