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V. Kingdom Come

‘Bitch’: provocación inteligente

bitch.jpgLa frase que encabeza este post podría aplicarse a cualquiera de las obras del prolífico Miguel Ángel Martín. Sus inquietudes siempre han girado en torno al juego de las ideologías, la religión, las drogas en forma de pastillitas de colores, los peligros de la nueva sociedad de la información y la terrible indiferencia que habita en tantos corazones humanos.

En ese sentido, ‘Bitch’ aborda todos estos temas que ya han quedado plasmados en otros cómics suyos, eso sí, con alicientes de sobra como para no tratarse de un refrito de lo anterior. En la obra nos encontramos con una chica que pinta graffiti bajo el seudónimo de Bitch. Es una joven que trata de vivir al margen de una sociedad de una época indeterminada pero totalmente reconocible, por su consumismo y complacencia.

Martín nos lleva pues por cauces ocultos bajo la aparente realidad social de una gran ciudad. En esta ocasión hace especial hincapié en temas como el racismo, el conflicto entre palestinos e israelíes y los modos de vida alternativos. Lo bueno de este autor es que nunca nos da un mensaje mascadito ni mucho menos panfletario, sino que saca a la luz las opiniones y las incoherencias de todos los bandos para que sea el lector quien saque sus conclusiones.

Por lo demás, su humor gélido y afilado se mantiene presente en ‘Bitch’. No alcanza la genialidad de su (en mi opinión) mejor obra, ‘Brian the Brain’, pero sí consigue grandes momentos en los que la sonrisa se nos queda a medio camino del estómago. Esta es precisamente la cualidad que me anima a seguir leyendo todo lo que va publicando este autor.

Visualmente, no hay grandes novedades. Sigue apostando por personajes de mirada inquietante y el contraste entre colores pálidos y otros tremendamente chillones. También demuestra estar al tanto de la realidad al diseñar la estética de sus personajes y hace un uso recurrente de símbolos tan conocidos como la hesvástica o la estrella de David.

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Por último, me gustaría comentar su aproximación al mundo del graffiti. Al contrario de lo que dice la promo del cómic, ‘Bitch’ no es un reflejo de la cultura hip hop; al menos, no de toda ella. Ni la música que escuchan los personajes ni el ambiente en que se mueven tienen demasiado que ver con esta corriente. Por tanto, es una aproximación a uno solo de los elementos de esta cultura, el graffiti.

Su visión, eso sí, me parece acertada. Por un lado, la protagonista utiliza el graffiti como medio de expresión y de rechazo a las normas y dogmas imperantes en la sociedad. Pero también es una forma de superarse, de darse a conocer y de llevar una forma de vida que respira vapores de aerosol entre muros de hormigón. El uso del lenguaje específico de la doctrina, sin ser excesivo, es adecuado, a excepción de alguna expresión como «manchar», cuando suele utilizarse «pisar» para referirse a la acción de pintar encima de la pieza de otro.

bitchreview.jpg‘Bitch’ es una lectura inquietante y sugerente, con una protagonista que sin ser tan carismática como Brian, justifica de sobra el tiempo que debe dedicarle el lector. Quienes gusten del modus operandi de Miguel Ángel Martín se encontrarán con un cómic que no les defraudará, aunque para los no iniciados recomiendo empezar por el citado ‘Brian the Brain’ o por ‘Rubber Flesh’.

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