No creo haber leído nada al respecto por ahí pero resulta que este 2021 ha visto cumplir veinte años desde que Planeta publicara, allá por 2001, la primera edición de ‘Adolf’ y, con ella, nos permitiera a los aficionados a asomarnos, por vez primera, a un manga de Osamu Tezuka: mucho habíamos oído hablar del kamisama no manga en la casi-década que había transcurrido desde que la propia editorial diera el pistoletazo de salida al desembarco del cómic del país del sol naciente nueve años antes con la publicación de ‘Dragonball‘, pero habíamos tenido que esperar pacientes hasta que pudo hacerse con los derechos de títulos legendarios como la citada ‘Adolf’, ‘Buda‘ o la que popularmente es tachada como la obra maestra del artista, su ‘Fénix‘. Poco después de eso, la versión española Glénat adelantaría por la izquierda a Planeta y comenzaría a publicar otros de los pesos pesados de la inmensa producción de Tezuka, dando la oportunidad de poder acercarnos a nombres que, como ‘Astroboy‘, ‘Black Jack’, ‘La princesa caballero‘ o ‘Metrópolis’, ya era más que familiares.
Entre quince y veinte años, como decimos, han pasado desde aquellos primeros instantes de Tezuka en nuestro país; un tiempo que, lejos de haber mitigado el interés por el artista, no ha hecho sino ver reforzado el mismo por la enorme labor de rescate de todo lo que tenga su firma que Planeta a la vanguardia ha ido compartiendo con otros sellos como Astiberri, ECC Ediciones o Norma. Pero es sin duda aquella que nos lo trajo por primera vez la que acumula más y más planchas del maestro, sobre todo atendiendo a tomos como ‘Big X‘ que, con sus casi mil páginas, es, creo, el más grueso que ha tenido el nombre del mangaka en portada.
El caso es que, como ya comenté hace un lustro en la reseña de ‘Dororo‘, haber hincado el diente a TODO lo que de Tezuka ha ido apareciendo en las dos últimas décadas, había conseguido entonces, y se sigue manteniendo hoy, empacharme. Y, cuidado, que eso no es indicativo, ni mucho menos, de un defecto de forma en las maneras del artista sino más bien el que, dando unos pasos hacia atrás, y contemplando el grueso de lo ya leído, se hacen demasiado evidentes y chillones los tropos más repetitivos de su producción, esos que aparecen de manera casi constante en cada título y que, más allá de ser marca incuestionable, agotan en su reiteración. ‘Big X’ como podréis imaginar, no es una excepción, y en este relato en el que el artista se atreve con el mundo de los superhéroes, podemos apreciar desde su siempre presente antibelicismo hasta, por supuesto, todos los arquetipos de personajes que cabe encontrar, una y otra vez, en su fértil producción.
Bien es cierto que, dejando éstos de lado, ‘Big X’ es una lectura bastante disfrutable, ya por las virguerías visuales que Tezuka plantea en sus páginas, ya por lo desenfadado y alocado del planteamiento de cómo se van desarrollando los poderes de Akira, el niño protagonista. Así, verlo calzarse en cada mano un tanque y disparar como si fuera un pistolero, o volar apoyándose en dos aviones, nos saca una sonrisa que, unida a la que el clásico humor del artista siempre es capaz de provocar, termina superando algunas, que no todas, de las trabas que encuentra un relato que no se cuenta entre sus mejores ideas. Funcionando aquí y allá a golpe de «porque sí» —eso a lo que siempre se alude como deus ex machina— ‘Big X’ es, a la postre, un entretenimiento más o menos olvidable que no hace sino reforzar la impresión personal de que, fuera de su santísima trinidad —esa de la que hablábamos en el primer párrafo— la obra de Tezuka es para los MUY «tezukianos».
Big X
- Autores: Osamu Tezuka
- Editorial: Planeta Cómic
- Encuadernación: Cartoné
- Páginas: 944 páginas
- Precio: 45 euros