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V. Kingdom Come

‘Batman: Tres Jokers’, sensacional e inesperada secuela

Hay que tenerlos muy bien puestos para sentarse delante del ordenador y dar forma a una idea que parta de una premisa bastante arriesgada: servir de suerte de continuación de uno de los títulos más aclamados de la historia de DC. Una de esas historias por las que no pasa el tiempo, que siempre pone de acuerdo a quien sea que se acerque a ella y que, además, está firmada por un nombre cuya sola mención provoca el mayor de los respetos. Hay que tenerlos muy bien puestos, pero es que no estamos hablando de un cualquiera, sino de Geoff Johns, un tipo que lleva años demostrando que pocas voces hay como la suya dentro del seno de la editorial y que cuenta ya en su haber con una considerable cartera de aproximaciones a personajes que no pueden ser consideradas sino seminales dentro de la tebeografía de personajes como Superman, Flash, Green Lantern o agrupaciones como la Liga de la Justicia, los Nuevos Titanes o la JSA. Vamos, que el guionista ha tocado palos de toda índole en el cosmos de la Distinguida Competencia y tarde o temprano era de cajón que el Batman «de la continuidad» formara parte de sus intereses —y digo de la continuidad porque, fuera de ella, el guionista ya había hincado la dentada en el hombre murciélago con su soberbia trilogía de Tierra Uno.

Servir de continuación apócrifa de ‘La broma asesina’ habría amilanado a cualquiera. Sí. Pero Johns se vuelca sobre la tarea sabedor, primero, que da igual lo que haga, el escrutinio que el público llevará a cabo de tamaña osadía será milimétrico y, segundo, que las comparaciones con el trabajo de Alan Moore y Brian Bolland —con el LEGENDARIO trabajo de Moore y Bolland, cabria apostillar—, no es que serán inevitables, es que irán a la yugular sin ningún tipo de piedad. Johns lo sabe. Y responde, con suma frialdad y actitud de profesional del póker «aguantadme el whisky». Porque, queridos lectores, lo que ‘Batman: Tres Jokers’ ofrece es, sin duda, de traca final de espectáculo de fuegos artificiales: sí, no cabe duda de que la intención de homenajear a aquellas planchas que narraban el origen del Joker al tiempo que diseccionaban, no ya al payaso asesino, sino al hombre murciélago y a su relación con su némesis, está presente de principio a fin en lo que Johns —y Jason Fabok, del que ahora hablaremos— cuajan en estas 240 páginas; pero eso no es en ningún momento óbice para que el guión se acomode en el mero acto de rendir pleitesía a tan legendario instante en la tebeografía del caballero oscuro, siendo intención permanente del escritor el dejar su marca. Y a fe nuestra que lo consigue.

Tres Jokers‘ basa su efectividad en un doble acierto. De una parte, el análisis que hace, no ya de Batman/Bruce Wayne —que en su talante escueto es magnífico—, sino de la relación del cruzado enmascarado con dos de sus eternos sidekicks: Jason Todd y Barbara Gordon. O lo que es lo mismo, Red Hood y Batgirl. La elección de ambos no es casual, claro. No cuando, de la otra parte, el segundo acierto de la terna de cómics que conforman la historia se centra en el trío de Jokers que le da título: el payaso, el criminal y el comediante. Tres facetas de una misma entidad que se relacionan con las tres facetas de la idea de Batman que conforman el protector de Gotham y sus compañeros y que, por supuesto, aluden al trauma sufrido por la hija del comisario Gordon a manos de una de esas caras del Joker y al que también padecerá Todd cuando sea asesinado por otra de ellas.

Batman: Three Jokers #2. Geoff Johns. Jason Fabok. Joker. Red Hood. Jason  Todd. | Joker comic, Batman comic art, Three jokers

La confrontación entre los dos tríos sirve a Johns para construir un relato modélico que, por supuesto, sabedor de su personalidad de homenaje/continuación a ‘La broma asesina’, no escatima en recursos narrativos similares a aquellos que siempre resuenan fuertes en nuestra memoria como lo mejor que supieron hacer Moore y Bolland en el prestigio publicado en 1988. Nos referimos, cómo no, a las transiciones entre tiempos y al manejo de la estructura clásica de 3×3 viñetas que hacían los autores y del que Johns y Fabok se hacen herederos pero no deudores. Es decir, que es muy evidente de dónde sale la voluntad narrativa con la que guionista y dibujante plantean gran parte del desarrollo de la historia pero nunca caen en la burda copia o en el mero calco, tratando de dar con una voz propia que evoque pero no resuene en la misma longitud de onda en que lo hacía el producto original.

En ello, claro, es fundamental el arrollador envite visual de que hacen gala las páginas de Fabok. Mucho se ha criticado que, dado lo que le hemos podido ver al dibujante en otros puntos de su producción, por qué ceñirse a similares estructuras de página a aquellas que utilizaba Bolland cuando, perfectamente, se podrían haber echado mano de recursos estructurales más contemporáneos. Sinceramente, no entiendo tales críticas, no en lo que se preguntan el porqué, sino en que no son capaces de apreciar lo espectacular del resultado. Sí, como argumento puede tener su validez el pensar que Fabok podría haber maquetado la narrativa de manera más actual, con dobles splashs y recursos más efectivos, pero al someterse a la rejilla y esforzarse en que esta funcione, el dibujante accede a un manantial inagotable que nos deja atónitos ya desde esas primeras planchas mudas en las que se recorren, una a una, las cicatrices que la actividad de Batman deja en el cuerpo de Bruce Wayne.

Detallado hasta el paroxismo pero sin caer nunca en un barroquismo que agote a la mirada, Fabok concreta aquí el que, sin atisbo de duda, es su mejor trabajo hasta la fecha. Uno que luce espléndido en la edición de lujo que ECC le dedica a la tríada de prestigios publicada bajo el sello Black Label y que nos deja una historia que, con alguna sombra —no nos hacemos eco de ella, pero es cierto que, mirado desde cierto punto de vista, las dos últimas páginas son poco coherentes con el resto de la narración—, brilla con intensidad, atesora momentos de un impacto visual brutal y se alza, en nuestra humilde opinión, como un hito que complementa a la perfección a ‘La broma asesina’ encontrando su propia personalidad.

Batman: Tres Jokers

  • Autores: Geoff Johns y Jason Fabok
  • Editorial: ECC Ediciones
  • Encuadernación: Cartoné
  • Páginas: 240 páginas
  • Precio: 38.50 euros
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