Más vale tarde que nunca. No pude asistir al estreno de la nueva y deliciosa película de Pixar, ‘UP’, por encontrarme en vísperas de irme de campamento así que tuvo que esperar… hasta ayer, día en el que cogí a mis amigos y fuimos a ver la cinta con ganas de probar, además, ese “fantabuloso” 3D que nos están empezando a vender las productoras cineastas.
Así que fuimos decididos, ante el intento frustrado del otro día (que el 3D sale caro), nos sentamos en las butacas para levantarnos hora y pico después con la sensación de haber visto una maravilla, bueno, más bien dos si incluímos el corto ‘Parcialmente Nublado’. Señoras y señores si me preguntan una sola razón para ver ‘Up’ sólo diré que “Up es cine”.
No hay que mirarle más. No estoy diciendo que sea una obra maestra que, a mi juicio, le falta poco para serlo. Estoy diciendo que la cinta de Pixar es cine. Es cine en su máxima expresión y no lo que nos intentan vender como tal. Es un producto genuino que hace que lo de “séptimo arte” no quede en vano. Hace recuperar la fe en Hollywood, y parece mentira que sea la factoría PIXAR la que por tercer año consecutivo nos recuerde que hay vida más allá de toda esa bazofia que llegan a las carteleras.
Y, la verdad, no sabría por donde empezar a alabar esta cinta de Pete Docter y Bob Peterson. Quizás por esa secuencia mágica del comienzo, contando esa preciosa historia de amor entre Carl y Ellie a través de los tiempos. Es probablemente de las secuencias más conmovedoras que he visto jamás. Una demostración de que el amor es fuerte como la muerte y que las aguas no lo pueden apagar. De hecho todavía me salta una lagrimita cada vez que la recuerdo. Creo que debería existir una categoría de Oscars para premiar este tipo de escenas.
Por otro lado según avenza la trama y llegando a la parte de comedia, y per sé la parte más comercial de la película, vemos como esa magia de los primeros minutos se desinfla (según lo van haciendo sus globos). Pero el bajón de calidad es ínfimo y creo que hasta necesario debido a las características de la historia. Se produce en el momento de este “desinflamiento” un cambio radical, hemos dejado atrás el largo prólogo y nos disponemos a entrar en faena con la gran aventura de Carl Friedricksen y el pequeño explorador Russell a los que pronto se les unirá, ya en las cercanías de las Cascadas Paraíso Kevin y Dug.
Pero la verdadera protagonista de esta historia es Ellie ya que todo gira en torno a ella y la devoción que le brinda Carl. Ella es la que sustenta la película, es la piedra angular. Sin Ellie la película caería bajo su propio peso. Sí, tendremos una excelente comedia, pero es el espíritu de Ellie el que hace que la película obtenga una profundidad impropia de una película “para niños”. Uno de esos detalles que hacen que mientras los niños ven una cosa nosotros vemos otra.
En definitiva, y valga la redundancia, esta película es cine. Entretenimiento, emoción, y esa magia al más puro estilo de Disney. Películas como estas son las que en un futuro no muy lejano se usarán de referencia en las escuelas. Para mí, en animación, solo hay dos maestros capaces de entretener a generaciones nuevas y pasadas. El Studio Ghibli con Miyazaki de bandera es uno, el otro es Pixar. Es inevitable que siempre que hablemos de buen cine saquemos a relucir estos nombres, y espero que sigamos disfrutando durante muchos años del cine con mayúsculas que nos regalan.
En Zona Fandom | UP, según Jaime Valero