19 años. 19 años hemos tenido que esperar los fans del infame, pícaro, chulo y genial arqueologo Indiana Jones para volver a verlo en una nueva aventura. Concretamente en mi caso he esperado toda una vida para poder ver una entrega de la saga en cine, ya que el estreno de Indiana Jones y la Última Cruzada me pilló en una edad un tanto temprana. Pero toda espera tiene su recompensa y ayer, día 22 de Mayo, los fans de Indy la recibimos. La cuestión es ¿valió la pena?. Pues si tuviera que responder sin pensar diria que no, aunque con algunos matices.
El problema fundamental de Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal no sólo está en la película, sino en nosotros mismos, que no vamos a ver nunca esta película con los mismos ojos que vimos a sus predecesoras. Muchas veces se ha dicho, con toda la razón del mundo, que la saga Indiana Jones es un referente en género de aventuras. Aterrizó en los 80 para revolucionar el patio, tal como hacía Steven Spielberg con casi cualquier película que estrenaba en la época.
En Busca del Arca Perdida fue un claro ejemplo de la perfecta fusión entre una historia sólida y llevada con gran elegancia a la par que impregnaba una dinamismo descomunal en sus escenas de acción. Indiana Jones y el Templo Maldito fue un experimento de hacer predominar dicho dinamismo por encima de la historia, lo que llevó a bastante gente a considerarla el eslabón débil de la saga. Indiana Jones y la Última Cruzada fue el caso contrario, aumentando el peso de la historia y la carga a los actores, los cuales supieron mantener perfectamente el tipo, sobre todo un impresionante Sean Connery con papá Henry.
¿Cuál es el problema de esta cuarta entrega? Pues simplemente los excesos. Hay que dejar muy claro que ninguna película de Indiana Jones es creíble, absolutamente para nada. Quiero matizar esto porque he leído en muchos sitios que la mayor pifia de la película es la «reliquia» que busca el doctor Jones no es para nada verosímil. ¡Coño!, y el Santo Grial tampoco. Ver como le arrancan el corazón a un tipo y comprobar como a pesar de ello sigue vivo tampoco. Y atravesar a cuatro nazis con una sola bala tampoco. Así que antes de echarle en cara eso a la película, hay que echar la vista atras. Pero eso sí, todo tiene un límite, y los excesos se pagan con un público que desconecta de la película para comentar la barbaridad que acaban de ver. Y sí, lo digo por cierta escena en la que interviene una nevera.
Pero el mayor de los excesos llega a falta de 10 minutos del final de la película (tranquilos que no desvelaré nada). En una sola secuencia, Steven Spielberg y George Lucas consiguen, a base de pomposos efectos especiales, introducir una escena que no pega para nada con el resto de la saga. Sí, ya se que esta es una película independiente del resto, pero a día de hoy me es imposible desasociar una película de Indiana Jones del resto. El remate final lo da una escena final que se podría calificar como lo más anti-épico que se puede mostrar al mundo, con la tristeza añadida de intentar hacerla pasar como un sumun de emotividad. Todo un ejemplo de como no acabar una película.
Pero afortunadamente no todo es malo en esta película. Y es que, bajo una coraza de historia que brilla por su simpleza (no entiendo como Spielberg aceptó este guión) y decorada con un sinfín de artificios, está la esencia de Indiana Jones. El inicio de la película es soberbio, y durante el resto del metraje mantiene un ritmo muy ajustado que no permite cabida al aburrimiento, lo cual es la piedra angular de la saga, cine palomitero filmado con mimo y con secuencias muy cuidadas (algunos planos son auténticas maravillas), tal como se puede esperar de Spielberg. Por cierto, como era lógico de esperar, los guiños a las anteriores películas están asegurados, convirténdose en los momentos más emocionantes de la película. En este aspecto vuelvo a remitirme a las primeras secuencias del film, pura nostalgia.
¿Y qué ocurre con Harrison Ford? Pues que las voces que decían que era demasiado mayor para repetir el papel deberían tragarse sus palabras. Ford vuelve a colocarse el sombrero y consigue que el público se lo quite ante él. Es impresionante que un actor de 65 años derroche tal cantidad de energía, no sólo en las escenas de acción, sino a la hora de soltar cada uno de sus diálogos. Además, es muy curioso, a la par que entrañable, ver como han aprovechado la vejez del personaje para acercar su carácter al del interpretado por Sean Connery en La Última Cruzada. Juro que cuando Indy dijo «Esto es intolerable» me brotó una lagrimilla.
En lo que respecta al resto del reparto, tenemos una de cal y otra de arena. Cate Blanchett simplemente está perfecta en el papel de la villana Irina Spalko, pero claro, ¿hay algún papel que no borde esta impresionante actriz? Más rabia da lo de Karen Allen, la inmortal Marion de En Busca del Arca Perdida, que a pesar de volver a bordar el personaje, no hay numerosos momentos para su lucimiento. Culpa de ello la tienen Ray Winstone y John Hurt, que a mi entender realizan papeles que serían totalmente prescindibles con un ligero cambio de guión y lo único que consiguen es quitar tiempo en pantalla al resto de actores (sobre todo duele que se lo hagan a Indy). Y en cuanto a Shia LaBeouf, quien todos los rumores apuntan como sucesor de Ford en la posible continuación de la saga (ojalá Dios lo impida), simplemente se dedica a realizar la labor de caer simpático a la audiencia, tal como hizo en Transformers y Disturbia. Aprovecho para implorar que si, tal como indica la avaricia de Lucas, la saga de Indiana Jones continúa con LaBeouf, lo haga bajo otro nombre distinto al de Indiana Jones. Indy ya tiene a Harrison Ford como encarnación, y la simple idea de verla mancillada por otro sólo hace que se me revuelvan las tripas. Ójala me equivoque.
En definitiva, Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal es una película pasable y muy entretenida que no dejará indiferente a casi nadie. Los más puritanos de la saga puede que os veáis decepcionados y traicionados por Spielberg y Lucas, e incluso comparéis dicha traición a la sufrida por Star Wars Episodio I: La Amenaza Fantasma. Ya os digo que este no es un caso tan grave pero si he de declarar tristemente que los buenos años de Indiana Jones se fueron para, lamentablemente no volver jamás.
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