COMIC SCENE: Las Lecturas de Fancueva
V. Kingdom Come

‘Escuadrón Suicida’, así tampoco DC…así tampoco

Escuadron Suicida poster

Incontables son las películas que al cabo del año cabría meter en el saco de «rechazadas por la crítica especializada, respaldadas de forma masiva por el público». Tan extremas posturas, que como digo se repiten cada pocas semanas en la cartelera, concurrían hace dos viernes en ‘Escuadrón Suicida’ (‘Suicide Squad’, David Ayer, 2016) la nueva propuesta con la que DC intenta limpiar el mal nombre derivado del somero descalabro que hace unos meses fue la muy irregular ‘Batman vs. Superman: el Amanecer de la Justicia’ (‘Batman v Superman: Dawn of Justice’, Zack Snyder, 2016) —una cinta que demuestra que a Snyder es mejor tenerlo controlado y no dejarle hacer y deshacer a su antojo—.

Precedida por una campaña de publicidad impoluta y por unos tráilers espectaculares —el que venía montado al ritmo del ‘Bohemian Rapsody’ de Queen es de los mejores que hemos podido ver en años— ‘Escuadrón Suicida’ parecía ser el revulsivo que DC venía necesitando desde el estreno de la no menos irregular ‘El hombre de acero’ (‘Man of Steel’, Zack Snyder, 2013) —una cinta que demostraba que a Snyder es mejor tenerlo controlado y no dejarle hacer y deshacer a su antojo 😉 — y se antojaba como perfecta antesala a aquello que nos llegará en el futuro de las incursiones cinematográficas de la editorial bajo la afortunada supervisión de Geoff Johns, una figura que, esperemos, ponga orden al desconcierto que hasta ahora campa a sus anchas en el universo fílmico de la casa de Superman, Batman y Wonder Woman.

Escuadron Suicida A

Pero como suele pasar —y cada vez con más frecuencia— las expectativas generadas por los avances se estrellan contra el muro de la realidad que es acudir al cine a intentar disfrutar de una producción deslavazada, incoherente y con tantos y tan abultados agujeros de guión que ni el espectador más permisivo podrá pasar por alto. Y lo sé, sé que estaréis pensando que ya estamos como siempre pidiéndole a una película basada en un cómic que haga algo más que entretener. Y tenéis razón…al menos en parte: en lo que a mí concierne, no iba buscando el pasado miércoles otra cosa que entretenimiento cuando me adentré en la sala 1 de mi cine habitual.

Más una cosa es estar dispuesto a dejar pasar detalles sin importancia en aras de salir con una impresión medianamente positiva de la cinta de turno, y otra muy diferente es olvidar exigir unos mínimos de un guión que esté asentado de forma sólida, de unos personajes que sean carismáticos y de una dirección que ofrezca algo diferente o que al menos, si no es diferente, tenga suficientes valores como para no rechazarla como algo del montón. Desafortunadamente, es en esos tres términos donde ‘Escuadrón Suicida’ falla con diferente intensidad.

Guardianes de DC. Escuadrón de la galaxia

Escuadron Suicida B

Dejando de lado momentáneamente aquello que atañe a dirección a y aspectos argumentales del guión, lo primero en lo que hemos de fijar nuestra atención es en el elenco de personajes e intérpretes que DC ha elegido para rellenar las dos horas de acción que ofrece ‘Escuadrón Suicida’. No entraremos por ahora a ponderar que, de partida, el anuncio del proyecto arqueó no pocas cejas que expresaban su duda ante la decisión de aproximarse a un grupo tan poco conocido del Universo DC; una maniobra que, no obstante, no hacía sino servir de reflejo a la jugada de Marvel de poner en pie ‘Guardianes de la galaxia’ (‘Guardians of the Galaxy’, James Gunn, 2014).

Curiosamente —o quizás no tanto— las concomitancias para con la cinta dirigida por Gunn no acaban en el mero hecho de girar en torno a un grupo de antihéroes unidos a la fuerza por un bien común, y el primer acto del filme, que se invierte en presentar a los que serán los diferentes miembros del grupo, es un quiero y no puedo que mira con ojos de cordero degollado a la producción marvelita sin conseguir, desafortunadamente, lo que aquella lograba sin excepción, que desde Starlord hasta Rocket Raccoon pasando por Dax, Gamora o, por supuesto, Groot, los integrantes de la agrupación ostentaran un carisma a prueba de bombas.

Aquí, la única a la que cabría rescatar de la quema sería a la Harley Quinn a la que da vida una soberbia Margot Robbie, que se merienda hasta al mismísimo —y muy desangelado— Will Smith, que sólo encuentra intermitente respuesta a su talento en el Joker de Jared Leto —que por instantes…pocos, la verdad…hace que nos olvidemos de Heath Ledger— y que genera con su alocado partenaire una química que, a la postre, es lo mejor del metraje. El resto de los miembros del Escuadrón Suicida van desde lo insulso del Capitán Boomerang o Croc, hasta lo prescindible de Katana o Diablo, por no hablar de la estúpida inclusión de Slipknot, uno de los primeros momentos en los que uno se da cuenta de que algo hay en el guión que huele a podrido y nadie parece haberse tomado la molestia de airearlo para evitar el hedor.

‘Escuadrón Suicida’, a la espera de algo mejor

Escuadron Suicida C

Un hedor que dimana de un guión que, destrozado según parece en la sala de montaje a espaldas de un Ayer que se ha apresurado a afirmar que su visión era mucho más oscura —algo que podremos comprobar probablemente en un futuro «montaje del director» que, esperemos, sea mejor que la tontería con media hora más de la edición de ‘Batman vs. Superman’ que aparecía hace cosa de un mes—, avanza porque sí a golpe de decisiones que se mueven entre lo cuestionable y lo ilógico, con detalles que acumulados, consiguen que la apreciación final del conjunto no sea muy positiva: con el rescate de uno de los personajes, la unidimensional definición de la «mala» o el enfrentamiento con uno de los villanos como momentos álgidos de las bajas cotas que puede alcanzar ‘Escuadrón Suicida’ cuando se lo propone, hay que añadir lo extremadamente forzado de la escena «mid-credits» a un metraje que intenta funcionar por acumulación y que logra agotar por su errático ritmo —al frenético primer acto sigue un segundo casi inexistente y un tercero que parece que no va a terminar nunca— y por lo inane de todo lo que en él acaece.

Consecuencia directa de lo poco que nos importan los personajes, es también la dirección de Ayer la que separa al público de abandonar la sala con una mejor sensación final: atribuyendo parte de responsabilidad a esa tarea de edición que no ha podido supervisar, lo cierto es que en lo que se refiere a inventiva o a fuerza —la fuerza que podíamos ver en ‘Corazones de acero’ (‘Fury’, 2014)— la realización del cineasta estadounidense es pobre y no aporta ese toque diferenciador para con el trabajo de Zack Snyder que al menos servidor iba buscando en el filme.

Con todo, por no finalizar con tonalidades negativas y pese a lo mucho que se inclina la balanza hacia ese lado, lo cierto es que ‘Escuadrón Suicida’ entretiene, lo justo, pero entretiene, y funciona mejor a ciertos niveles —cuando consigue no tomarse en serio a sí misma— que lo que lo hacían en términos generales sus dos directas predecesoras en el Universo Cinematográfico DC. Eso sí, si la Warner quiere algún día llegar a aventajar a Marvel en esto de entretener sin fisuras —o al menos con muy pocas—, y que sus producciones acaparen elogios por igual entre crítica y público, más le vale enmendarse de cara al futuro. Ya veremos si ese futuro tiene nombre de amazona o llega de la mano de cierta liga justiciera. Ya veremos…

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