Hemos planteado el recorrido por la historia de los videojuegos de Star Wars de una manera anual. Por eso, desde nuestro último post tenemos que dar un salto de cuatro años, que fue el tiempo que tardó George Lucas en admitir una nueva muesca en la franquicia. Eso sí, la espera no fue precisamente porque el desarrollo del nuevo juego estuviese llevando mucho tiempo, ya que uno de los lanzamientos de aquel año copiaba la dinámica de otros de los que ya hemos hablado.
Pero, además, la saga conoció un nuevo arcade de plataformas, esta vez basado en la primera película de todas las que hizo George Lucas. Y en 1988 también hubo tiempo para sacar uno de los primeros juegos que no se basaban propiamente en las películas originales, sino en alguno de los productos paralelos que habían propiciado. Comenzaba la «Star Wars exploitation».
Veámoslo más a fondo.
En 1988 fue El Imperio Contraataca la que vio cómo sus imágenes pasaban de nuevo a la pantalla de un ordenador. Pero esta vez, el juego seguía la estela del Rail Shooter que años atrás había dado tanto éxito a Atari. Las diferencias eran más bien escasas. El desarrollo del juego era parecido al original: el usuario estaba a los mandos de uno de los vehículos de la película y tenía que defenderse de los ataques imperiales. Sin embargo, en sus fases sí que había novedades. Por ejemplo, la primera de ellas nos situaba en la batalla helada de Hoth, donde debíamos hacer frente a AT-ATs y demás enemigos. Esta vez no sólo bastaba con dispararles: teníamos la opción de meternos entre las patas de los Walkers y disparar un arma con la que se tropezaban y eran destruidos.
Básicamente, nada cambiaba respecto a lo planteado años antes. Más novedad era lo que planteaba el juego que Namco le dedicó al episodio cuatro. La versión japonesa, que se adelantó 4 años a la que después saldría para NES y Master System en el resto del mundo, tenía bastante poco de fiel. Luke era convertido en un «chico-para-todo», puesto que él solito se encargaba de rescatar al resto de sus compañeros de la película, prisioneros en distintos planetas. Aquel Luke Skywalker era tan poco parecido al del episodio IV que hasta pilotaba, sin ayudas, el Halcón Milenario. También podía usar la fuerza: ¡mucho mejor así que visitando a Yoda!
Muchas de estas inconsistencias se arreglaron con a la versión «resto del mundo», que fue la pudimos jugar por aquí. En esa nueva adaptación, Luke era el protagonista principal, pero ya seguía el guión original: Tattoine, los moradores de las arenas, el puerto de Mos Eisley, etc… De hecho, el jugador podía manejar no sólo a Skywalker, sino también a Han Solo y a Leia y, en algunas de las fases, al halcón milenario y a los X-Wing.
Aquel era un juego muy divertido, nada que ver con el Star Wars: Droids que los usuarios de Amstrad CPC y Spectrum tuvimos que soportar, también en 1988. Bueno, a decir verdad, algunos de esos usuarios sólo lo vimos anunciado en las revistas, porque yo no pude jugar con él hasta que tuve acceso a emuladores varios. Basado en la serie del mismo título, Star Wars: Droids narraba la huida de C-3PO y R2-D2 de una prisión cualquiera, en formato plataformas. Sinceramente, después de haber probado los juegos que los españoles de Dinamic o de Ópera programaban dentro del género «plataformero», casi todo sabe a poco. Y Droids, desde luego, también
Y así concluimos nuestro repaso de hoy: en el siguiente capítulo, una referencia obligada: Super Star Wars.
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