Aprovechando que George Lucas acaba de sacar el enésimo videojuego basado en la franquicia Star Wars (El poder de la fuerza, chungo titulo para lo bonito y jevi que es eso de The Force Unleashed), iniciamos hoy en Zona Fandom un repaso que nos va a llevar por casi todos los rincones de la galaxia muy muy lejana que el director se inventó hace ya 30 años.
Pero no, esta vez no hablaremos de las películas, que ésas ya os las sabéis de memoria, sino que nos centraremos en su historia electrónica: en sus juegos para consola, ordenador o máquina recreativa. Ya sabéis que si de algo sabe el bueno de George es de hacer dinero y la industria dle videojuego siempre ha sido uno de sus lugares preferidos, así que tenemos material de sobra para hablar de ello.
Bueno, pues que suene una vez más la fanfarria creada por John Williams y empecemos: Hace mucho, mucho tiempo, en una galaxia muy cercana….
En 1982, George Lucas se dio cuenta de que no podía esperar más. Su saga triunfaba ya en las jugueterías de todo el mundo, además de en los cines, así que era sólo cuestión de tiempo que alguien quisiese adaptarla a los pujantes videojuegos. ¿Cómo iba a dejar pasar una oportunidad así? Los primeros en ponerse en contacto con Lucas fueron Parker Brothers, la famosa compañía de juegos de tablero creadora entre otros del Monopoly, que llevaba un tiempo tratando de acaparar el sector. La crisis que sufrió el sector en el año 1983 echó por tierra sus pretensiones, pero, antes de su retirada, Parker tuvo el honor de crear el primer título electrónico de la saga Star Wars.
Parker se encargó de llevar a la pantalla El Imperio Contraataca. Bueno, más bien lo que hizo fue coger una de las primeras escenas del film y crear un videojuego con ella. Claro, entonces no había ni profundidad de historias ni guiones ni nada por el estilo. Se trataba de crear un arcade puro y duro y, de las muchas secuencias que podían haber usado, los programadores de la compañía escogieron la batalla en el planeta helado de Hoth.
El juego (que podéis simular en alguno de los emuladores que hay por la red) tiene una dinámica bien sencilla. El usuario es piloto de un snowspeeder y tiene que impedir que cualquiera de los walkers AT-AT lleguen a la base rebelde, donde se encuentra el generador. El juego se desarrolla en una pantalla en la que, a través de un largo scroll horizontal, el jugador mueve el speeder que, por cierto, tiene que emplearse a fondo para destruir a cada vehículo enemigo. Además, se incluía un pequeño radar para señalar a cada uno de los enemigos.
El juego, que trataba y conseguía simular de manera efectiva el ataque a Hoth, no permitía que los disparos a las piernas de cada uno de los walker contase como daño. Sólo la cabeza o el torso de los AT-AT erán frágiles a los ataques del usuario, que veía cuánto le quedaba al enemigo gracias a que este cambiaba de color: de negro a amarillo.
Además, había un arma bonus, una especie de bomba luminosa que aparecía de vez en cuando y de manera aleatoria y que los mataba de un solo disparo. Por cierto, sólo tres disparos enemigos bastaban para matar al jugador, que disponía de 5 vidas en forma de Speeder. En cualquier caso, el usuario podía aterrizar el vehículo para repararlo.
Ah, la fuerza también estaba presente: cuando aparecía, el usuario era invulnerable durante un breve espacio de tiempo.
El juego de Parker salió en dos sistemas, pujantes por aquel entonces: Intellivision y Atari 2600. Puede que hoy las pantallas nos den algo de risa, porque era todo pixel, pero lo cierto es que, como podéis comprobar con los emuladores, Empire Strikes Back fue una muy buena adaptación, aunque mediatizada por la aún corta edad de la industria del videojuego. Se juega y uno puede divertirse con ella, que es de lo que al final se trata.
Por cierto, su programador se llama Rex Bradford y desde entonces ha participado en otros juegos de Star Wars (Jedi Arena, por ejemplo) y en títulos que también os sonarán, como Empire Earth (I y II) o NHL 99.
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