Todos los fans de Dragon Ball estamos atentos, cada vez con más miedo, a los detalles que van surgiendo de la adaptación cinematográfica que está preparando James Wong. A la vista de tantos crímenes y sacrilegios contra la obra original, no creo que os asuste demasiado ver la adaptación taiwanesa de las aventuras de Goku y sus amigos, rodada hace ya casi veinte años.
Dragon Ball: Empieza la magia es una película muy poco conocida que para algunos será una frikada divertidísima y para otros lo que faltaba ya para el duro. Fue escrita y dirigida por Joe Chan y Leung Chung en 1989. El filme cuenta el comienzo de la obra, cuando Goku conoce a Bulma y emprende el viaje en pos de las bolas de dragón. Tampoco faltan a la cita Oolong, Yamcha y Mutenroshi, aunque todos tienen los nombres cambiados ya que la película se rodó sin el correspondiente permiso de Akira Toriyama, así que a su cutrez hay que sumarle que es más pirata que el loro de Barbarroja.
El villano de turno es un tal Rey Cuerno, invención de las mentes privilegiadas que perpetraron la película. Es un maloso al más puro estilo Power Rangers, con una careta de carnaval y poses exageradas aunque no exentas de cierta gracia. Goku y sus amigos se enfrentarán a él para salvar a los habitantes de una aldea que parece sacada de la guerra de Vietnam. Pero aquí el argumento es lo de menos, así que vamos a ver con detalle qué hace de esta película una joya del cine casposo.
Para empezar, el aspecto de los personajes es chabacano a más no poder. Bueno, Goku casi queda mejor que en la superproducción de Wong, pero sólo con ver el mostachillo gris preadolescente que tiene Yamcha, no puedo contener las lágrimas de la risa. Y luego están los efectos especiales, con efectos de luz que hacen que a su lado la peor película de serie Z imaginable parezca una producción de George Lucas.
Durante las escenas de lucha, que por otra parte son muy dinámicas, podréis ver sin problemas los cables que sujetan a los actores cuando saltan de un lado a otro. Otro punto divertido se produce cuando uno de los personajes es arrastrado por la nube voladora a través del mar, pues podréis ver los chorritos de agua que expulsa la lancha motora que lo está remolcando realmente. Sólo por esto, cualquier amante del cine basura debería ver esta película.
Pero no todo va a ser caspa. A quien sí logran clavar es al personaje de Mutenroshi, que además del notable parecido físico, anda más salido que el pito de una boina y provoca algunos de los momentos más hilarantes de la cinta. Especialmente cuando Oolong adopta la apariencia de Bulma y le enseña las tetas para conseguir su bola de dragón. Impagable el careto que pone, no sé a qué espera Hollywood para hacerle un contrato millonario.
Aunque se trata de una peli algo difícil de encontrar, por la red no tendréis ningún problema para haceros con ella. Para ir abriendo boca, os dejo un trailer muy selecto que recopila algunos de sus mejores momentos, para que veais que no me invento nada. Eso sí, si luego la veis y empezais a padecer insomnio, yo me lavo las manos.
Vídeo | Youtube
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