Desde que se mostró el primer teaser trailer de El Increíble Hulk, todo el mundo podía adivinar que esta nueva película poco o nada iba iba a tener que ver con la firmada por el intimista Ang Lee en 2003. Si alguien no estaba convencido de esto, en cuanto se confirmó que la dirección correría a cargo de Louis Leterrier, responsable de Danny The Dog y Transporter 2, ya se despejó cualquier posible duda sobre la vertiente que iba a tomar la nueva aventura cinematográfica del gigantón verde. Pasaríamos de las comidas de cabeza del Bruce Banner de Eric Bana al ¡Hulk aplasta! ¡Hulk destroza! ¡Hulk golpea!. Ahora, visto el resultado final, debo quitarme el sombrero (que no uso) ante el señor Leterrier.
Lo primero que hay que destacar de El Increíble Hulk es el hecho de que no se trata exactamente de una secuela. Cierto es que la película retoma la naración en el punto donde la dejó la anterior entrega, con Bruce Banner exiliado voluntariamente intentando buscar una cura que impida despertar a la bestia verde que duerme en su interior. Pero este será el único eslabón en común con la antigua trama, ya que el origen de este nuevo Hulk se ha reinterpretado por completo, alejándolo de los clásicos rayos gamma y acercándolo a la génesis mencionada al universo de The Ultimates.
ATENCIÓN, A PARTIR DE AQUÍ HAY SPOILERS.
Es de suponer que este corte en la continuidad ha sido provocado por el planteamiento que está realizando Marvel con sus Vengadores en el cine. El cameo de Robert Downey Jr. como Tony Stark marca el primer vínculo entre dos miembros de los Vengadores, Iron man y Hulk. Para el siguiente tendremos que esperar hasta el estreno de Thor en 2010.
Volviendo a la película que nos atañe, el segundo punto que hay que destacar de El Increíble Hulk es tremendamente entretenida y dinámica. Partiendo de un guión realmente asequible que no presenta ninguna complicación a la hora de seguirlo, Leterrier consigue construir una colección de escenas realmente trabajadas. Las secuencias de acción son realmente espectaculares y están dispuestas en un orden in crescendo, desde la primera persecución que sufre Bruce Banner entre las fabelas de Rio de Janeiro hasta la batalla final entre Hulk y Abominación, absolutamente impresionante.
Pero el buen hacer de Leterrier sale a relucir en las escenas puente entre destrozo y destrozo provocado por el ciclado monstruo. Es en este tipo de escenas puente donde salen a relucir las carencias de los directores de acción, aburriendo al espectador en su butaca. Aquí Leterrier consigue mantener la atención sobre la pantalla jugando con recursos ya inventados pero colocados en su correcto lugar, como son planos aéreos realmente espectaculares o una potente música de fondo.
El tercer aspecto a destacar, y el que hará las delicias a los aficionados al cómic, es el de los cameos y referencias a las páginas del original. Al tratarse de una película de Marvel, el cameo de Stan Lee es obligado, y debo decir que esta es la aparición más simpática del anciano mago del cómic. Otro cameo casi obligado es el de Lou Ferrigno, que para quien no lo conozca es el actor que interpretó a Hulk (no a Bruce Banner) en la serie de televisión emitida a finales de los 70 y principios de los 80. Esta aparación estelar de Ferrigno ya se repitió en la primera entrega, incluso realizando el mismo anónimo papel, el de un simple guardia de seguridad.
Siguiendo con las referencias al cómic, es obligado mencionar a los villanos de la historia. Por un lado tenemos a Abominación, uno de los primeros villanos a los que se enfrentó Hulk y cuyo alter ego está interpretado de una manera notable por el genial Tim Roth. A su lado encontramos al considerado enemigo número 1 de Hulk, el General Ross que cambia la cara de Sam Elliot por la de William Hurt, y francamente sale ganando con el cambio. Siempre defenderé a William Hurt como a uno de los mejores actores vivos, aunque últimamente no esté tan en primera fila como en sus buenos tiempos.
Con respecto a los villanos, es interesante como en esta ocasión son utilizados para abrir posibles nuevos caminos que pueden ser retomados en una posible secuela de Hulk, o (de nuevo sale a relucir) la película de Los Vengadores. Sería factible ver enfrentárse al Capitán América y compañía de nuevo a Abominación, o al nuevo villano cuya génesis se vislumbra en esta película, El Líder.
Si tenemos que hablar de Hulk/Bruce Banner como personaje, no hay gran cosa que destacar. Edward Norton realiza una interpretación correcta, que es lo mínimo que puede ofrecer este actor. En su Bruce Banner se intuye la agonía por no querer despertar a la bestia interior pero nada más, durante casi todo el metraje resulta un personaje bastante plano. Lo mismo le ocurre a la Betty Ross interpretada por Liv Tyler, una actriz realmente sobrevalorada y que en esta ocasión lo único que aporta es su belleza. Así que aquí debo romper una lanza a favor de Jennifer Connelly, la cual supo resolver mucho mejor el papel en la anterior película.
En definitiva, El Increible Hulk es una película sumamente entretenida y espectacular. Un ejemplo perfecto de lo que debe ser una adaptación de un cómic de acción a la gran pantalla, cero pretensiones y mucha adrenalina.
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