En sólo veinte minutos de proyección, ‘El corredor del laberinto’ pasaba de una opción de ciencia-ficción entretenida (amén de otro intento más por arrancar una saga fílmica basada en una trilogía literaria) para una tarde de domingo algo anodina a un vehículo multireferencial en el que se adivinaban sin problemas trazas de ‘Perdidos’, ‘El señor de las moscas’, ‘Los juegos del hambre’ e incluso ‘Raíces profundas’. Como lo leéis, hasta al filme protagonizado por Alan Ladd le tira los tejos una producción cuyo interés, si es que éste existe, se limita de forma exclusiva a sus últimos diez minutos.
El problema (el grave problema, cabría apuntar) es que para llegar hasta allí, uno tiene que tragarse cien minutos que se mueven entre lo anodino, lo insufrible y lo decididamente desaprovechado. Al primer adjetivo se adhiere todo aquello que busca, sin conseguirlo, hacer que el respetable empatice con los personajes, elevándose la supuesta carga dramática del filme (que arrancó lágrimas de alguna adolescente en celo presente en la sala) a un nivel de ridiculez tal que servidor tuvo que aguantar la risa so pena de ser amonestado por los más exaltados del recinto, esos que aplaudían enfervorecidos con el fundido a negro final de la proyección.
El segundo, no podía ser de otra manera, es el que atañe tanto a dirección como a las interpretaciones (llamémoslas así por no utilizar epítetos más sangrantes) del grupo de jovenzuelos que se pasea por la acción. En lo que a la labor de Wes Ball se refiere, es tanta la indiferencia que plantean las formulas narrativas del cineasta como sorprendente el hecho de que la Fox haya confiado en un novato proveniente del mundillo de los cortometrajes para arrancar una franquicia de la que, inexplicablemente (la cinta todavía no ha llegado a recaudar sus exiguos 34 millones de presupuesto), ya se ha puesto en marcha su segunda entrega con miras al próximo mes de septiembre de 2015.
Peor parados salen, no obstante, un puñado de jóvenes que, salvo Will Poulter (y en menor medida Thomas Brodie-Sangster), se pasean por delante del objetivo sin tener muy claro que hacer con unos personajes acartonados y estereotipados en extremo con los que, da igual la edad que tenga uno, es imposible sentirse identificados. Con el hierático Dylan O’Brien a la cabeza, y la innecesaria presencia femenina de la no menos inexpresiva Kaya Scodelario, tratar de entresacar algo en claro de tal desacierto artístico es un ejercicio tan frustrante que la mejor opción, sin duda alguna, es ignorar en la medida de lo posible el trabajo de unos chavales a los que les queda mucho que aprender.
Llegamos así pues al tercer grupo, el correspondiente a lo decididamente desaprovechado, un grupo cuyo mando es de uso exclusivo del guión firmado a ¡¡6 manos!! por tres guionistas que quizás por respetar al máximo la novela original (dato que desconozco al no haber tenido el «placer» de leerla) quizás por mala praxis profesional, terminan perpetrando un libreto deshilachado que poco o ningún interés suscita en el espectador veterano, ese que es capaz de apuntar con el dedo todos y cada uno de los préstamos de los que hace gala el metraje y que, llegado el momento, suspira con cierta exasperación porque el triste espectáculo que desfila ante sus ojos toque a su fin.
Considerando todo lo anterior, que no es poco, resulta más que comprensible que, llegando el final de tan olvidable función, las ansias porque concluyera el filme fueran capaces de anular cualquier posible apreciación positiva hacia el mismo, máxime si tenemos en cuenta que en su clímax ‘El corredor del laberinto’ no sólo sigue abusando de los préstamos, es que directamente calca escenas. Pues bien, aún así, he de admitir que esa pseudo explicación de algunos de los misterios que han rodeado a la trama remueve el interés lo suficiente como para no hundir irremisiblemente en la más negra miseria a una producción que, no obstante, se coloca sin esfuerzos en la parte baja del montón.
Por cierto, el titular no es una paráfrasis de la famosa frase de Gandalf en la primera entrega de ESDLA, sino una clara advertencia para aquellos incautos que puedan estar pensando en tirar el dinero el próximo fin de semana en el presente subproducto. No es que la oferta sea abundante (más bien todo lo contrario) pero siempre hay mejores cosas que hacer que malgastar 10€, ¿no?
Arghhh. Una película con la que casi pico por el trailer. ¡Otra vez¡ ¿Qué tal está el libro por lo menos?
Pues, como digo en el texto, ni idea querido Jomonge…no he tenido el «placer» de leerlo. A ver si algún lector de la página te puede contestar 😉
Yo no pude aguantarme la risa, en vdd trate pero la muerte de Chuck dios… pero el libro no esta tan tirado como la película siento que le paso lo mismo que a Percy J. y no se de donde sacas los datos pero yo vi por hay que ya lleva 80 y por eso le dieron luz verde a la secuela…
Pues los datos los miré en la IMDb mientras escribía…mea culpa por no haber consultado el BoxOfficeMojo 🙁
Gracias por ahorrarme el dinero del cine, esta visto que hasta que estrenen Interestelar no hay nada que me interese ver
De nada, aunque yo no me iría hasta ‘Interstellar’, que el mes que viene estrenan lo nuevo de Fincher, y por mucho que venga protagonizado por Affleck, cualquier cosa firmada por el director de ‘Seven’ es de visionado obligado 😉
Jajajajjaa , la película no te habrá gustado, pero ¿y lo a gusto que te has quedado machacándola en la reseña?
A mí también se me han quitado las ganas….
Y sí, de acuerdo contigo en que Gone girl ha de ser visionada antes que Interstellar (bso de Trent Reznor, alma mater de NIN y Atticus Ross).
Un abrazo
Jejejeje, es que para eso están las líneas virtuales, para desahogarse 😉
Otro para ti, Winch