Era, quizás, uno de los acontecimientos más esperados para los seriéfilos del año. El estreno de la quinta temporada de ‘Doctor Who‘ era importante por doble motivo. El primero es el estreno de Steven Moffat, considerado el mejor guionista que ha tenido la serie en esta encarnación, como máximo responsable de las aventuras del doctor tras la marcha de Russell T. Davies. Y el segundo motivo era ver al undécimo doctor, Matt Smith, en acción.
No lo voy a negar, yo era de los que veían receloso al nuevo, con mil dudas y pegas porque a simple vista (sobre todo a través de las fotos que BBC había distribuido) tenía pinta rara. Pero como siempre decimos por estos lares mejor es juzgar una vez catado el producto, y esa primera cata tuvo lugar este pasado fin de semana con ‘The Eleventh Hour‘ el primer episodio de la quinta temporada de ‘Doctor Who’.
¿Y como ha sido el veredicto? pues la verdad que muy favorable. ¡Ojo, que vienen spoilers!
Los primeros cambios de la Era Moffat ya se van viendo nada más comenzar el episodio. Nueva intro (bueno, nueva, la idea es la misma), nuevo logo y nueva rotulación… pero los cambios no solo se han quedado ahí, sino que todo es ligeramente diferente, desde el modo de reclutar compañera hasta el modo de contar la historia.
Tras los acontecimientos de ‘The End of Time‘ vemos como la TARDIS se menea sin control por el cielo londinense hasta estrellarse en frente de una casa habitada por una niña solitaria y un inadvertido Prisionero Cero. El Doctor está en las últimas fases de regeneración por lo que está muy desajustado y, justo cuando se va a enfrentar a este nuevo peligro tiene que evitar que la TARDIS colapse. Cuando regresa, cinco minutos después, resulta que en realidad han pasado doce años y aquella niña, Amelia Pond, ha crecido asumiendo que ese tal Doctor fue fruto de su imaginación. El regreso se produce justo cuando la raza policial Atraxi da un ultimatum al prisionero Cero. O abandona la residencia humana o la residencia humana (es decir, La Tierra) será incinerada.
Esta historia convierte a ‘The Eleventh Hour’ en un cuento de hadas sublime y brillante, aterrador a la par que divertido y con referencias de todo tipo (sobre todo picantes). El simple hecho de que el Doctor sea el héroe infantil (quien le promete rescatarla) de Amy le da a la relación doctor-compañera una peculiaridad que la distingue de las anteriores compañeras (bueno, viendo el final del episodio recuerda a Donna Noble).
Matt Smith está enorme en todo el episodio con momentos realmente soberbios (“Who’s da man?!”). Ha recogido el difícil cargo de suceder a David Tennant y no solo es un digno sucesor sino que momentáneamente ha hecho que nos olvidemos de él. En una conversación reciente uno de los contertulios aseguraba que si Matt Smith ha estado enorme es gracias a que ha tenido muy buen material, que habría que verle en algunos de los episodios que ha “sufrido” Tennant.
La verdad es que no le faltaba razón, ya que Tennant ha tenido que lidiar con episodios de una calidad atroz salvándolos, en muchos casos, de la ignominia. Ahora tendríamos que ver a Smith en alguna de esas tesituras, a ver cómo lo resuelve aunque yo no dudo de su capacidad para salvar no solo el universo si no el episodio también.
En definitiva, Steven Moffat deja sesenta y cinco minutos que te mantienen pegado al asiento que sirven de declaración de intenciones de lo que va a ser ‘Doctor Who’ bajo su batuta. Ahora a ver si, una vez pasado el efecto del primer episodio podemos seguir disfrutando de este nuevo Doctor en una temporada que se antoja sensacional.
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