Había ganas de que regresara el Doctor. La séptima temporada se ha hecho de rogar, y el primer capítulo, ‘Asylum of the Daleks’, prometía ya en el título ser brutal. Y Moffat en persona haciéndose cargo del guión. Nada podía salir mal, ¿verdad? Pues sí, tanto tiempo esperando y el genio se despista con los efectos especiales y se olvida de la consistencia.
Porque si desconectas el cerebro puedes disfrutar del capítulo, y mucho. Los Pond y el Doctor, ahí, rodeados de miles y miles de daleks. Esos de los que sólo quedan unos pocos. Esos que renacieron de múltiples colores y de los que nunca más se supo. Todos. Y momentos de tensión, destrucción, carreras… espectáculo puro. Pero luego enciendes el cerebro y nada cuadra.
Daleks… ¿pero qué os han hecho?
Moffat se ha cargado a los Daleks. Así de sencillo, y así de duro. Nos los presenta secuestrando al Doctor, no para matarlo sino para… ¡pedirle ayuda! Disculpa, pero esto no tiene justificación. La excusa es que los daleks enfermos, defectuosos o desquiciados son enviados a un planeta-sanatorio y son recluidos allí, pero una nave se ha estrellado y ahora podrían escapar.
Un momento… ¿que los daleks enfermos son recluidos? ¿Y qué ha sido de aquellas muertes inmisericordes de otros daleks para mantener la pureza de la raza? El dalek que no es perfecto se extermina, desde siempre, punto. Ahora de repente resulta que no. Que los envían a un planeta blindado, en lugar de ser eliminados por no estar a la altura de lo que un dalek debe ser.
Lo que es peor, los daleks tienen miedo de bajar al planeta-sanatorio para sellar la grieta. ¿Miedo? ¿Los daleks? ¿Y de otros daleks? Perdona, Moffat, pero quizás deberías repasar algunos de los episodios clásicos, o incluso de los de la nueva serie.
Y no acaba ahí la cosa. ¿Por qué no destruyen el planeta ante esta nueva amenaza? Porque tiene un escudo protector. ¿Por qué no lo desactivan? Porque sólo se puede desactivar desde dentro del planeta. Claro. Muy lógico todo. Pero podemos enviar a tres personas hasta allí, no es problema. Una pena que no se pueda enviar ningún dispositivo explosivo por la misma vía, por cierto.
El dalek, ¿nace o se hace?
Parece una pregunta tonta, pero quizás haya que aclararle a Moffat lo que es un dalek. Es una especie de masa amorfa, como un cerebro con ojitos, que se desplaza dentro de una carcasa que dispone de armas y de un visor, y de la que depende para subsistir. Son un todo, pero con dos partes diferenciadas.
En ‘Asylum of the Daleks’, Moffat se inventa un nuevo tipo de híbrido. Por lo visto, mediante nanorobots, los daleks pueden convertir un cuerpo humano, vivo o muerto, en una especie de mezcla dalek-humano… a los que les sale un visor por la frente y un arma por el brazo. Que recordemos que son elementos de la carcasa de un dalek. ¿Y por qué no ruedas en los pies, ya puestos?
Mención aparte para lo de “Depredador de los Daleks”. Sí, suena bien, es innegable. Pero presenta dos problemas. Los daleks ya llamaban al Doctor “the oncoming storm” (la tormenta venidera), que tampoco suena mal. Lo peor, es que este nuevo apodo asume que según los daleks, el Doctor está por encima de ellos en la cadena alimenticia, y los reduce a meras presas.
Hola, Jenna-Louise
Lo más llamativo del episodio es que de buenas a primeras nos topamos con Jenna-Louise Coleman, la futura compañera del Doctor, y a la que no esperábamos hasta navidades. Dice llamarse Oswin Oswald, aunque según IMDB, la futura compañera iba/va a llamarse Clara. Está dentro de la nave accidentada, y se entretiene haciendo soufflés y hackeando los sistemas de control de los daleks.
Al Doctor le preocupa un aspecto aparentemente trivial… ¿de dónde ha sacado la leche para hacer los soufflés durante todo un año? Al final conocemos la explicación: al personaje de la pobre Jenna-Louise lo han convertido… ¡en un dalek! ¿Pero qué coj…? ¿Pero por qué? “Porque eres muy inteligente”. ¿Tengo que volver a explicar lo de la importancia de la pureza de la raza para los daleks? ¡No tiene ningún sentido!
Toda esta jugada de presentar así a la futura compañera, por desgracia, no es nueva. Funcionó muy bien con River Song, y en ese momento fue una jugada brillante. Pero repetir la misma idea, y con una mayor crueldad, no me parece que merezca la pena. Creo que Moffat ha demostrado que es capaz de hacerlo mucho mejor.
El personaje en sí promete. Parece que puede tener una buena química con el Doctor, aunque quizás tanto flirteo pueda llegar a ser un poco cargante. Sin contar lo que River Song pueda pensar sobre todo este tonteo, o las ganas que pueda tener el Doctor de recibir tirito tras tirito. Y sí, claro que el Doctor no llega a verla. Ella a él sí, y no parece reconocerle, o al menos no lo demuestra. Tiempo habrá para explicaciones.
Doctor Who, Doctor Who
“Oh, lo ha dicho”. Costó mucho escuchar a un personaje decir “Doctor Who”, lo vimos en la sexta temporada. En un momento muy bien traído, por cierto. Al final del episodio descubrimos a qué ha venido todo este despropósito: Jenna-Louise, antes de que el planeta-sanatorio sea destruido, borra los datos del Doctor de la mente colmena de los daleks.
De repente, los daleks olvidan milenios de historia, y el Doctor pasa a ser completamente desconocido para ellos, lo que demuestran gritando al unísono “doctor who? doctor who?”. Lo que tanto costó escuchar, ahora se repite de forma incesante y casi gratuita. Ya no tiene gracia.
Y me he ahorrado el momento romántico, porque para qué. Para resumirlo, sólo diré que lo del “whitefanging” ya lo inventó Schmidt en ‘New Girl’.
Moffat, gracias por volver, pero no te cargues el canon
Sí, este nuevo escenario, con los Daleks olvidando al Doctor, puede dar mucho juego. Pero la parafernalia que ha construido Moffat se basa en grandilocuentes efectos especiales y en una ausencia de consistencia con el canon de la serie. No todo vale para llegar a donde tienes pensado.
Esperemos que en los siguientes episodios no intente abarcar tanto, vuelva sobre sus pasos, y nos regale más episodios de los que realmente han hecho grande a esta serie. Aunque comparto la misma preocupación que me comentaba ayer deirdrePSS por Twitter: puede que Moffat sirva como guionista, pero no como showrunner. Espero que nos equivoquemos. Llevo demasiado tiempo esperando el regreso de ‘Doctor Who’ como para quedarme con tal mal sabor de boca.
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