'Viuda Negra 2. Yo soy la Viuda Negra', TOP Marvel

Lo dejábamos muy claro, no ya al incluirla en lo Mejor que nos dejaba 2020 en términos de cómic U.S.A, sino en la reseña que le dedicábamos al primer volumen con el que Panini comenzaba a publicar la serie en castellano a mediados del año pasado: ‘Viuda Negra’ es, sin ningún atisbo de duda, una de las MEJORES series que, hoy por hoy, ven la luz en La Casa de las Ideas. De acuerdo en que, con el momento de enorme mediocridad por el que la editorial lleva ya unos años transitando en términos generales —el ratio serie imprescindible/serie prescindible ha ido adquiriendo un peso inaudito en las segundas—, no parece difícil que, a poco que los autores implicados «se lo curren», una cabecera pueda entrar a formar parte del limitado corpúsculo al que vale la pena acercarse; pero, por si el texto que le dedicábamos allá por julio no lo dejaba claro: lo que Kelly Thompson y Elena Casagrande llevan consiguiendo desde el primer número de estas superlativas aventuras de Natasha Romanov no está al alcance de cualquiera.

Y, para muestra, un segundo botón que, en sus 120 páginas, y con autoría compartida en términos gráficos entre Casagrande y un magnífico Rafael de la Torre —mucha atención a lo que el brasileño está cuajando en ‘Daredevil. Woman Without Fear’—, permite a Thompson, trascendido el emotivo primer arco argumental —uno que, cuidado, aún seguirá trayendo cola en la vida de la heroína—, meter a Yelena como centro de una acción que, desbordante, página sí, página también, sigue permitiendo a la dibujante «titular» y al «invitado», dar el do de pecho en splashs que quitan el hipo. Thompson no deja lugar a que el lector descanse, ni siquiera en los momentos en que la acción transita por alguno de sus necesarios valles, y ese ritmo non-stop de la cabecera es la guinda de un pastel que, avisados quedáis, mejora aún más de cara al siguiente volumen. ‘Nuff said!!!!