'Los Perros del Mar', nada es lo que parece

Curioso y sorpresivo. Así ha resultado la publicación en un volumen de poco grosor con este ‘Los Perros del Mar’, un relato de terror que vio la luz en su día de una forma bastante original. Cuando DC Comics decidió apostar por Joe Hill y le concedió una línea de comics para él solo (Hill House Comics), en cada una de las entregas pertenecientes a las series que fueron publicadas apareció un relato serializado (una página por tebeo) que se convirtió en una de las sorpresas del sello. Como podrán imaginarse estamos hablando del material contenido en este volumen que ECC Ediciones nos trae para saciar nuestras ansias completistas. Por eso y para disfrutar de un guión muy sólido, repleto de grandes momentos, giros inesperados y de una experiencia que, sin ser la primera vez que se hace, sí que está perfectamente ejecutada. Y eso que se pierde un poco del misterio de la historia al ver la portada del volumen, un “secreto” que se intuye a medida que avanza la trama pero que podría haber sido revelado de manera menos evidente. Aún así, este detalle no le resta ni un solo ápice de interés a la lectura, se nota las tablas que tiene el señor Hill, encargado del guión, para mantener al respetable pegado a las páginas y hacer que no decaiga la tensión de lo que se está leyendo. Bien es cierto que el contexto y el trasfondo en el que la acción tiene lugar ayuda mucho a crear un ambiente envidiable e inmejorable para que todo funcione a la perfección.

Siglo XVIII, navío de guerra británico, batalla por las aguas europeas, licántropos a bordo. Con estos elementos se me hace muy difícil pensar que algo puede salir mal, cuenta con todo lo necesario para que guste a los amantes del género de terror y capte la atención de todo aquel que vaya buscando algo novedoso. Hill se deja de florituras vacuas, el formato no invitaba a ello, y va directo al grano, sin adornos e imprimiendo un ritmo trepidante desde la primera página. Una localización, como es la nave, y una tripulación (presentada en las primeras páginas de una forma bastante divertida) es lo único que necesita para plantear un sencillo whodunit sin fisuras. Las reglas son las que son y la historia no presenta demasiadas complicaciones aparte de desarrollar ciertas relaciones existentes entre personajes para que el lector pueda sentir algo más de empatía hacia ellos. Nos vamos a encontrar aquí al Hill más honesto, sin engaños, jugando a la perfección sus bazas para deleite del lector y desarrollando una trama que nos atrapa desde el primer momento. Visualmente, el trabajo realizado por Dan McDaid, no puede ser más apropiado e idóneo para el tono de la historia, captando de manera bastante solvente el espíritu aventurero y terrorífico que el guionista de Maine propone. Y no solo hace un espléndido trabajo en las escenas más “movidas”, aquellas de diálogos (hay bastantes) también son ejecutadas de manera inmejorable. Una combinación explosiva en la que se juntan la aventura, el terror y el humor negro. Entretenimiento asegurado.