‘La Librera Calavera Honda-San Volumen 4’, punto y final para un manga desternillante

“El show debe continuar”, como dijo un sabio en su día. Algo así debió pensar la autora de la desternillante ‘La Librera Calavera Honda-San’ que con este cuarto volumen alcanza un final bastante inesperado si atendemos a los derroteros por los que se había movido la obra hasta el momento. Una serie que nacía con la sana intención de mostrar al lector la vida cotidiana en una librería de manga a través de la experiencia de una de sus trabajadoras. Todo desde un punto de vista bastante ingenioso y tan cómico como bizarro ya que, para evitar cualquier tipo de suspicacias y posibles reconocimientos faciales, los personajes siempre aparecían “disfrazados” con unas máscaras de lo más jocosas y divertidas. Sin embargo, todo lo que comienza tiende a finalizar y en esta nueva entrega (la cuarta y última) se nos presenta un escenario que nadie podía imaginar: ¿cuál es el siguiente paso de la librera cuando la librería deja de existir? Pues que la autora del manga debe rascarse un poco el rasudoque para idear nuevos argumentos y motivaciones para una protagonista que, al igual que su creadora, terminará en Taiwan. No es nada descabellado ni arriesgado plantear una jugada como esta ya que le va a permitir jugar con nuevos elementos lo que derivará en una perspectiva del negocio del manga completamente distinta a la mostrada en los tres primeros volúmenes.

Una prolongación en la trama y vida de nuestra librera favorita que se funde a la perfección con la historia que estamos leyendo. Si nos paramos a pensar durante un instante en el leit motiv de la serie llegaremos a la conclusión de que, este cambio de dirección, es el paso lógico al final del camino de Honda-San. Desde las primeras páginas se nos planteó una forma de entender la vida siempre con buen humor y positividad a pesar de las circunstancias, esto es algo que no puede parar por mucho que hayamos recibido un revés inesperado. Sí, la librera se despide de nosotros pero lo hace con un último capítulo de lo más exótico y extraño, un viaje evolutivo que la llevará hasta un sitio desconocido cuya finalidad es convertirse en el centro de atención sobre el que todo va a orbitar. Es evidente que tantas novedades y tantas nuevas peculiaridades van a crear una serie de situaciones inéditas hasta el momento. Le corresponde al lector hacer frente a todo ello e ir familiarizándose con esta nueva andadura taiwanesa. No le debe resultar complicado puesto que se usan las mismas estrategias narrativas que ya conocemos, desde el narrador en primera persona hasta la desesperante ingenuidad de nuestra protagonista. Quizás en todo lo expuesto aquí arriba es donde radica el éxito de una propuesta tan sencilla como la de Honda-San, tan simple como efectiva, un divertimento cuya máxima aspiración radica en reírnos un poco de todo lo que rodea a nuestra afición. Y si la autora es la primera en hacerlo es que la cosa promete.