‘La Librera Calavera Honda-San Volumen 3’, no hay lugar para el aburrimiento en esta librería

Cuando el primer volumen de esta ‘La Librera Calavera Honda-San’ cayó en nuestras manos nos hacíamos una idea, bastante rápido, de lo que nos esperaba con la consiguiente lectura. También sabíamos que el manga podría durar lo que quisiera la autora puesto que no estaba atado a ningún tipo de continuidad ni trama, tan solo una sucesión de anécdotas y chascarrillos por parte de la librera. Ahora nos llega la tercera entrega de la serie, dejándonos tan solo un tomo más para despedirnos de ella y las aventuras con los aficionados que pasan por su tienda.  Tal y como está planteada la dinámica de la serie, el lector se sentirá identificado en más de una ocasión con lo que el manga despliega ante él, convirtiéndose en el mejor cómplice de Honda-San y viendo como se le escapa una sonrisa (quizás carcajada) al caer en la cuenta que él mismo ha sido el protagonista de algunas de las historias que acaba de leer. Esta tercera entrega continua todo lo que ya había sido expuesto en las dos primeras, una línea argumental casi inexistente que prácticamente se reduce a la librera hablándonos directamente y narrando situaciones absolutamente delirantes que acercan a este manga a un slice of life con grandes dosis de comedia.

Esta tercera entrega contará con los habituales gags de volúmenes anteriores, siempre presentados como si se trataran de misiones de vital importancia, retos que requieren de gran pericia y habilidad para ser superados. ¿El premio? Un lugar de trabajo ordenado y pulcro en el que poder satisfacer las demandas lectoras de los compradores. No toda la acción va a transcurrir en esa línea, también habrá otros momentos desternillantes como firmas de autores, exposiciones en la librería o algo tan soñado por los aficionados como es la reedición de material que se encontraba inencontrable. Ahora ya les va sonando más todo esto, ¿verdad? Las desventuras de Honda-San van a tener como apoyo a un grupo de personajes secundarios que van a darle la réplica perfecta, aportando esa dosis de humor necesaria que tan bien le sienta a la obra. Para conseguir todo esto, el estilo utilizado es sencillamente perfecto, calzando a la perfección con el tono del guión, desprendiendo comicidad, drama y exageración en cada viñeta. Y sí, aquí se sigue utilizando el recurso de las máscaras para mantener el anonimato de cada uno de los personajes que intervienen. Lo dicho, un nuevo volumen que se lee con el mismo buen rollo que los anteriores, dejándonos con ganas de más, de conocer todos los entresijos que se esconden en la trastienda de una librería especializada.